El director de la Feria, Jürgen Boos, se refirió hoy, en una reunión con la prensa extranjera, a los dispositivos para la lectura electrónica, desde el Kindle de Amazon hasta el Sony Reader pasando por los diversos ordenadores tabletas, y se mostró expectante ante la acogida que pueda reservarles el público.
En Europa y en Alemania el libro electrónico sigue siendo un apartado minoritario en el sector editorial y con mucho menos peso que el que tiene en Estados Unidos, donde representa cerca del 20 por ciento del mercado.
"Aquí en Alemania sigue estando por debajo del uno por ciento", dijo Boos, quien cree que a finales de año puede haber un salto en las cifras, debido a la bajada en los precios de algunos dispositivos de lectura y a que estos están empezando a ser ofrecidos cada vez más por cadenas de librerías.
Boos también se mostró convencido de que el sector digital le abrirá nuevos mercados al editorial.
"En Estados Unidos, el libro digital no le quitó el 20 por ciento al libro impreso sino que ha hecho crecer el mercado", explicó Boos.
La pregunta que debe plantearse, según Boos, es como va a ser la convivencia entre el papel y el libro.
Otro asunto relacionado con el mundo digital y que ocupará este año a Fráncfort será el de la convergencia de diferentes formatos y las repercusiones de este fenómeno en las negociaciones de derechos de autor.
Boos recordó que antes los derechos de un libro se vendían principalmente para la edición impresa y en muchos casos había un contacto directo entre la editorial y el autor. Más tarde, aparecieron los agentes que proporcionaron un panorama más complejo.
Ahora, los derechos de un manuscrito no se negocian sólo de cara a su edición impresa sino también pensando en la edición electrónica y, en muchos casos, en adaptaciones para cine y televisión.
En otras ocasiones también se tienen que establecer negociaciones con profesionales que tradicionalmente poco tenían que ver con el mundo del libro, como son los productores de juegos de ordenador.
Este año en Fráncfort, por ejemplo, habrá un pabellón, el 6.0, dedicado en parte a los juegos didácticos de ordenador.
También habrá nuevos expositores, en principio ajenos al libro, como el consorcio de telecomunicaciones Deutsche Telekom que presentará una librería digital.
El pabellón dedicado a las publicaciones científicas tendrá un atractivo especial que será una reproducción del laboratorio del CERN (Consejo Europeo para la Investigación Nuclear), donde se celebrarán debates sobre la evolución de la física actual y sobre el mítico "Big Bang".
El invitado de honor en esta ocasión es Islandia, un país que, con cerca de 350.000 habitantes, tiene una escena literaria muy activa tanto en lo que a la producción se refiere como en cuanto a la compra de libros.
"Muchos islandeses creen que realmente no existen mientras no hayan publicado un libro", bromeó recientemente el director de la representación islandesa en Fráncfort, Halldor Guomundson.
La actividad literaria islandesa, explicó Guomundson, tiene que ver ante todo con el hecho de que la literatura fue para ese país prácticamente la base de la construcción de su identidad y elemento diferenciador respecto a los otros países nórdicos.
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