"Me parece muy triste un país en el que la conversación central sea el diferencial de la prima de riesgo. Detrás de cada informe del Banco Central Europeo o del Fondo Monetario Internacional hay un documento de barbarie", aseguraba hoy en una entrevista con Efe Manuel Rivas, que acaba de reunir sus cuentos en el libro "Lo más extraño".
Recién llegado de Belgrado, donde ha presentado la traducción al serbio de "El lápiz del carpintero", una novela publicada en 26 lenguas, Rivas se muestra satisfecho ante la aparición de este nuevo libro que recoge una de sus facetas más queridas, la de cuentista.
Publicado por Alfaguara, "Lo más extraño" contiene todos los cuentos que ha publicado desde 1990, entre ellos algunos tan famosos como "La barra de pan" o "La lengua de las mariposas", este último llevado al cine por José Luis Cuerda. "Es una gran película", afirma.
Rivas ha hecho "una revisión estilística" de sus cuentos, pero ha resistido "dos tentaciones: la de reescribirlos y la de suprimir" aquellos que han dejado de gustarle.
Pero este poeta, narrador y articulista, que ha merecido premios tan importantes como el Nacional de Narrativa y el de la Crítica, cree que sus cuentos "son huellas de un animal solitario" y por eso decidió "no eliminar ninguno".
El miedo al abandono y la ironía impregnan los cuentos de Rivas, que habla en ellos de temas como la guerra, la pasión, los naufragios, la emigración, el arte, la religión o la culpa.
El autor coincide con Sófocles en que "el animal más extraño del universo, como bien dice el coro de 'Antígona', es el ser humano".
Sófocles le inspiró el título que le ha dado al libro, porque "Lo más extraño" también sirve, en su opinión, para definir lo que es la literatura.
"La boca de la literatura se abrió por primera vez para expresar lo más extraño, esa especie de caja negra que llevamos dentro, esa zona secreta tan contradictoria donde confluyen el día y la noche, la esperanza y la desolación, la vida y la muerte, Marte y Venus, el sol y la luna...", decía hoy Rivas (La Coruña, 1957)
Los cuentos son también "las sombras de los sueños". De ahí que el último relato se llame "La sombra de un sueño", uno de los tres inéditos que contiene el libro, junto con "El despertar de la criada" y "El misterio de Uz".
Este escritor, para quien "el lenguaje es algo anatómico", afirma que en sus cuentos "hay mucho dolor como materia, como humus", y hay también "mucha felicidad clandestina".
La literatura que le gusta al autor de "Los libros arden mal" o "Todo es silencio", su última novela, es la que "mezcla lo sublime y lo carnal" y la que se identifica con "el vagabundear de Charles Chaplin en películas como 'Tiempos modernos' o 'El chico'".
"Escribir no es un camino lineal, no es una autopista. Es merodear. Es el andar de los contrarios: pisas en la ilusión y en la desilusión, en el abismo; pisas en la casualidad y en la causalidad; en el pasado y en el presente; en la derrota y en la esperanza", dice el escritor.
Comprometido con el tiempo que le ha tocado vivir, Rivas es muy crítico con "la política desprovista de emoción, porque es algo deshumanizado y está amputada completamente", y también lo es con los políticos que actúan al margen de los ciudadanos.
"Pueden mucho más las magnitudes, las grandes cifras, tan grandes que parecen irreales. Seguro que le preguntas a un político el precio de la leche y no lo sabe, pero sí conoce el diferencial de la prima de riesgo de cualquier país".
"Vamos a empezar a hablar de las cosas que realmente interesan al ciudadano", exige Rivas, antes de recomendarle a los políticos que lean libros como "Pedro Páramo", "La odisea" o "Las uvas de la ira".
"Que se lean solo el capítulo catorce de 'Las uvas de la ira' y aprenderán más de economía y de la crisis que de cualquier otra forma", concluye Rivas.
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