Hay escritores, y con esto van detrás, los títulos, que uno tiene de alguna manera referencias, o escucha hablar a otras personas, pero muchas veces esas referencias quedan para un después, y muchas veces son sepultada por el olvido, y jamás recordamos haberlo escuchado. De Oliver Sacks, fue uno de esos casos, lo había escuchado, y creo que en algún hojear de esos en alguna librería pude pasear mi vista por su escrito. El admirable texto de Alberto Manguel: Una historia natural de la curiosidad , de arrancada inicia “Tengo curiosidad por la curiosidad” y creo que esta fue el ancla por el cual me sentí tentado en parte a leer este libro, pues como antes había expresado ya lo había hojeado, un título tan sugerente: El hombre que confundio a su mujer con un sombrero no podía pasar por desapercibido . Es una obra que podría estar escrita para médicos o profesionales de la salud y sin ningún atractivo para quienes estuviesen fuera de ese mundo. Sin embargo, suc
La lectura, una orgía perfecta entre realidad y ficción