La soberbia lectura que hace el novelista estadounidense de los textos del escritor Stephen Crane es una obra maestra de crítica literaria práctica. Todo parece indicar, tras la lectura de este libro, que a Paul Auster le ha dado un arrebato por la figura y la obra de Stephen Crane , uno de los escritores fundacionales de la novela norteamericana y uno de los grandes. Crane fue coetáneo de Henry James o Willa Cather, pero así como los dos últimos poseen un currículo literario construido durante una larga vida, el de Crane es tan breve como la suya. Sus primeros textos apreciables los escribió a los 20 años y abandonó este mundo a los 28 a causa de la tuberculosis. Entre medias, una obra maestra incontestable que lo sitúa en lo más alto: La roja insignia del valor; una novela corta excepcional: Maggie, una chica de la calle; cuentos (algunos extraordinarios: El hotel azul, El bote abierto, El monstruo… ) y otras piezas de menor calado, pero muy interesantes: La madre de George
La lectura, una orgía perfecta entre realidad y ficción