"El mundo que había en Varsovia detrás del muro de tres metros que separaba a los judíos del resto de la ciudad lo exploré por primera vez en mi libro 'Una historia familiar del miedo', donde lo hice desde la perspectiva de una niña de nueve años, mi madre, que entró ahí de la mano de mi abuela", ha confesado Tuszynska en una entrevista con Efe.
En este libro, que se presenta ahora en España, Tuszynska ha vuelto a entrar en ese mundo, pero lo ha hecho "desde la perspectiva de una mujer joven, una cantante, una estrella que entra voluntariamente para estar con su familia y ejercer una profesión que puede parecer imposible en un lugar de exterminio", ha explicado la autora.
Con veintitrés años, Wiera Gran actuaba en el Sztuka, el café más prestigioso del gueto, donde ponía voz a las melodías de Szpilman, el pianista al que Adrien Brody dio vida en la gran pantalla, y cuyas memorias y reputación se ponen en duda en este libro.
Wiera estuvo escondida durante año y medio y consiguió escapar del gueto antes de que este se quemara con su familia dentro, pero cuando llegó la liberación, comenzó su verdadero infierno.
"Ella no pudo olvidar el horror, se tuvo que enfrentar a otro, fue acusada por los judíos de colaborar con la Gestapo, y las acusaciones volvieron a lo largo de toda su vida", ha señalado Tuszynska.
Un sinfín de declaraciones contradictorias en las que se mezclan los rumores, la verdad, el miedo y el interés atormentaron a Wiera Gran, quien en 2003, cuando comenzaron las conversaciones con la autora, padecía manía persecutoria y dormía con un martillo y un destornillador debajo de la almohada.
"Yo fui un apoyo para ella y ella para mí un espejo en el cual tuve la oportunidad de mirarme y contestar a qué haría yo en su lugar y qué sacrificaría para salvar a mi familia", ha reflexionado Tuszynska.
"¿Era moral actuar en un espectáculo cuando otra gente se muere de hambre y por el camino te encuentras con los cadáveres? Ella simplemente quería sobrevivir", ha dicho la autora, justificando a la protagonista de su libro, al mismo tiempo que ha afirmado que "la música ayudaba a vivir un poco mejor los últimos momentos de vida".
"Nadie tiene derecho a juzgar a alguien que actúa en situaciones extremas", piensa Tuszynka, para quien "la palabra clave es comprender".
"Conversábamos en su oscuro piso de París, que parecía un refugio del gueto... En la última entrevista vi que dejó de luchar y estaba preparada para su muerte", ha declarado la autora sobre Wiera Gran "una persona derrotada por la vida, pero muy cómica y divertida", que falleció en 2007.
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