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Ignacio Elguero pone armonía y equilibrio en "Siempre", su último poemario

Madrid, 21 ago (EFE).- El poeta y periodista Ignacio Elguero, que conjuga la premura de la información con el tejer lento de la escucha poética, vuelve, tras publicar hace cuatro años "Materia", premio internacional de poesía Claudio Rodríguez, con "Siempre", una mirada transparente sobre la condición humana y los límites del ser.

Así, "Siempre" se convierte en el cuarto poemario de Ignacio Elguero (Madrid, 1964), que también tiene ahora en lo anaqueles de las librerías otro título totalmente distinto y muy exitoso, "¡Al encerado!", un retrato nostálgico sobre los colegios en España en los años 60, 70 y 80.

Si en "Materia" Elguero se mostraba más metafísico y reflexivo, en "Siempre", editado por Hiperión, el autor se torna más desnudo, esencial y despojado de todo artificio, con un lenguaje limpio, que pone al servicio de las emociones y del sonido de palabras claves en el ser humano: soledad y muerte.

"Es un libro de madurez, de memoria, el de un testigo transparente que cruza el tiempo. Pero también es un canto de un yo en relación con los otros. En definitiva, tiene un carácter más celebratorio y expresa un deseo de continuidad, de permanencia, que refleja lo que es la vida", explica a Efe el autor de poemarios como "Los años como colores" (1998) y "Cromos" (2000).

Pedro Salinas y la generación del 27 sobrevuelan estas páginas, donde están también las huellas de Rilke y las de grecolatinos como Virgilio, Ovidio y Lucrecio, una constante en la obra del poeta, que siempre ha bebido en la fuente de los clásicos.

"¿Por qué mamá no está?/ ¿No le da miedo el ruido como entonces?/ Mi miedo antes era suyo, ¿qué herencia me ha dejado si se ha ido?" escribe el autor en el poema "La tormenta".

"A través de las dudas aparece la interrogación y de ahí a la búsqueda constante, que, en realidad, es la esencia de la poesía", matiza Elguero, actual director de Radio Nacional de España (RNE).

Títulos de poemas como "Un lugar habitado", con la naturaleza como telón de fondo, al igual que en "Tormenta" o "Temporada alta" y otros de diferentes corte como "Símbolo", "Cicatriz" o "Presencia", "La condición humana" o "Límite" dan muestra de un poemario acuñado en pleno equilibrio y armonía del autor, para quien la poesía es "el alimento diario".

Un proceso creativo que compara "con el acto sexual, por lo que tiene de latigazo, de fulgor y revelación".

Ignacio Elguero, en cuyo trabajo siempre se muestra una reflexión sobre la existencia diaria transcendida, fue premio Ondas en 2002 por el programa que también dirige "La estación azul", una isla radiofónica para los poetas que a lo largo de los años han dado a conocer sus trabajos.

Carmen Sigüenza.

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