De alguna forma no sabríamos estar en el mundo, a no ser por las
grandes interrogantes que a diario nos formulamos sobre la vida y la
muerte, la libertad y la moral, el hombre, la religión, la filosofia. Esta relación, que a primera vista es un gusanillo que ha condicionado
al hombre a alimentarlo con sus fantasías y utopías buscando de alivianar
sus dolores mas allá de sus sombras, despierta todo un conglomerado
de pensamientos y credos para darle forma a ese mundo cuadrado de las
ideas. ¿Para qué sirve la filosofía?, bajo esta premisa comienza
todo el enramado que le darán forma a los diez capítulos y al epilogo
del libro. De ahí la soberanía inventiva del escritor de
acércanos a las respuestas a esta grandes interrogantes a través de
la filosofía, pues en un mundo arrabalizado por la ciencia, siempre
esperamos que ella resuelva las complejidades estructurales que afloran
en la superficie, mas no en el ahondo de nuestras inseguridades.
“La filosofía no pretende contestarla de una vez por todas, sino
que sigue enseñando a plantearlas de forma cada vez mas enriquecedora,
mientras avanza respuestas tentativas para ayudarnos a convivir racionalmente
con ellas. Porque es mejor mantener abiertas las grandes preguntas que
contentarse apresuradamente con las pequeñas respuestas...Este libro
quisiera ser una iniciación elemental a la reflexión filosófica,
tanto para uso de quienes se acercan por primera vez al estudio de la
filosofía en el bachillerato como de aquellos otros que a cualquier
edad aspiran a conocer los fundamentos de esta tradición intelectual”.
Cuando leemos en su totalidad el libro, las concepciones ideológicas
y las expericiencias vitales que cohabitan en cada trazo, nos daremos
cuentas que los planteamientos tratados fueron utilizado bajo la construcción
histórica del pensamiento, pues aquellos planteamientos que asume el
escritor son los mismos cuestionamientos que a lo largo el ser humano
se ha sellado. Savater es claro al decir: “Pero el lector que intenta
pelear también conmigo o incluso contra mí. En estas páginas no se
ofrece una guía concluyente de pensamientos necesariamente validos
sino un itinerario personal de búsqueda y tanteo. Al final cada capítulo
se propone un memorándum de cuestiones para que el lector repita por
sí mismo las indagaciones que cada de leer, lo que quizá le llevara
a conclusiones opuestas”.
En cada uno de los capítulos del libro, especialmente al final, nos
hace mirar el mismo capítulo que ya habíamos leído, es como toda
una especie de foto recuerdo de lo experimentado, pero bajo la estructura
de un cuestionario de preguntas del mismo capítulo, esto lo hace interesante,
pues nos hace detener un poco más en dicho capitulo, dimensionado en
el recuerdo sí habíamos leído ese cuestionamiento.
“La filosofía no es la revelación hecha por quien lo sabe todo
al ignorante, sino el dialogo entre iguales que se hacen cómplices
en su mutuo sometimiento a la fuerza de la razón y no a la razón de
la fuera”
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