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Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro.

Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestras vidas serán enteramente espirituales. Entonces, todo será muy inglés, porque la monotonía está reservada para tu nación (en amor claro está, porque sois muy ávidos para los negocios). Amas sin placer. Conversas sin gracia, caminas sin prisa, te sientas con cautela y no te ríes ni de tus propias bromas. Sin atributos divinos, pero yo, miserable mortal que puedo reírme de mí misma, me río de ti también, con todo esa seriedad inglesa. ¡Cómo padeceré en el cielo! Tanto como si me fuera a vivir a Inglaterra o Constantinopla. Eres más celoso que un portugués. Por eso no te quiero. ¿Tengo mal gusto?

Pero basta de bromas. En serio, sin ligereza, con toda la escrupulosidad, la verdad y la pureza de una inglesa, nunca más volveré a tu lado. Eres católico y yo atea y esto es una razón mayor y todavía más fuerte. ¿Ves con qué exactitud razono?

Siempre tuya

Manuela

Comentarios

Fernando Ayora ha dicho que…
Incomparablemente inteligente y franca, Manuela Sáenz, es una de las más valiosas mujeres quiteñas, ecuatorianas y latinoamericanas de todos los tiempos, la llamaban puta por el celo y la envidia de hombres serviles, cobardes y mujeres hipócritas de su época. Mujer adelantada por siglos a la mentalidad de las colonias americanas, es el claro ejemplo de lo que debe ser una mujer ideal, libre y valiente.
Unknown ha dicho que…
No creo w así sea el.manuscrito de Manuelita ,porque ella como.sabemos más en esa época de trataban de usted ,detalle q olvidaron si hasta nuestros días países como Perú Ecuador colombia Venezuela se tratan de usted
Anónimo ha dicho que…
Bueno una mujer asi, una zorra que simplemente estuvo a ordenes de un arrogante y egocentrico "general"
daniel diaz ha dicho que…
Cuando tu miserable existencia es opacada por tan valientes y brillantes personajes recurres a la ofensa la desccalificación para calmar te desdicha.
daniel diaz ha dicho que…
Cuando tu miserable existencia es opacada por tan valientes y brillantes personajes recurres a la ofensa la desccalificación para calmar te desdicha.
daniel diaz ha dicho que…
Cuando tu miserable existencia es opacada por tan valientes y brillantes personajes recurres a la ofensa la desccalificación para calmar te desdicha.

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