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El paraíso perdido II

“Canta, Musa celestial, la primera desobediencia del hombre y el fruto de aquel árbol prohibido, cuyo gusto mortal trajo al mundo la muerte y todas nuestras desgracias con la perdida del Edén, hasta que un Hombre mas grande nos rehabilito y reconquisto para nosotros la mansión bienaventurada”

El preámbulo que realiza Milton, nos remite al hecho narrativo intencionado en el Génesis. El tamaño y alcance de la misma, confina en el áureo vacío de un evidencialismo realista de la creación, independientemente, de nuestro posicionamiento eclero-asistencialista que asumamos. Si partimos de las evidencias bíblicas, tendríamos que suscribirnos a un mezcla de un convencionalismo aupado por la fe, mientras que si absorbemos una posición de vacío, entraría en un lirismo escéptico.

Así como el relato narrado, según el Pentateuco, por Moisés, el mismo carece de evidencia temporal, es decir, es incierto, de igual modo el tiempo de la épica miltoniana es incierta, pues se sitúa en una época equivalente entre la creación del cosmos y el del hombre, donde las profundidades del avernos, se supone integra del Caos . C.S. Lewis, a quienes muchos norteamericanos reverenciaban y lo colocaban como uno de los prolíficos autores de tratado dogmático, aconsejaba a los lectores del Paraíso perdido, empezar por “un saludo matinal de odio a Satán” Creo que Lewis pedio la perspectiva del hecho narrativo, Milton iba mas allá del relato ortodoxo de la creación desde la nada, como lo expresa Harold Bloom: El Satán determinado por Milton, es al reconstrucción de un cristianismo mas ortodoxo.

El modo en que Milton siente y experimenta la historia que narra y la transición en que se opera el proceso narrativo-literario de la que el relato mismo es testimonio de su argumento interpretativo en su parida con el Génesis, manifiesta su erudición, su profundidad interpretativa. Una vez mas lo que hace grande a esta obra, no es partir de un hecho ya dado en el Génesis, sino darle una interpretación a ese hecho dado, quien a pesar de su ceguera, según describe en la misma dictaba de mañana los versos que recibía por la noche. Así lo emitiera Philip Pulmann: “ Imaginemos a un anciano terrateniente inglés a finales del XVIII; un personaje dickensiano sentado al amor de la lumbre con una buena jarra de grog en la mano. Atiende a una lectura del poema de Milton. Nunca antes ha escuchado ni leído la historia. Súbitamente se levanta y exclama: ¡No sé que resultara de todo esto, pero ese Lucifer es un tipo endemoniadamente simpático y espero que sea él quien gané”

Solo queda asistir al enfoque creacionista, caída, salvación, profundidades, Satán, Adán, Eva entre otros hechos que se van desarrollando en todos los libros o capítulos. Al tratamiento que le da al problema del mal y el sufrimiento, en su forma misteriosa de proceder.

“Adán y Eva derramaron algunas lagrimas naturales que enjugaron en seguida. El mundo entero estaba ante ellos para que eligieran el sitio de reposo, y la Providencia era su guía. Asidos de las manos y con inciertos y lentos pasos, siguieron a través del Edén su solitario camino”

Hasta la vista baby

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