La ética religiosa se basa en una sanción de recompensas y castigos póstumos. Convierte la bondad en el decreto de un ser sobrenatural. Uno hace el bien, a la luz de su religión, para alcanzar la dicha eterna. Si efectivamente existen poderes naturales en el Universo, sería prudente hacer lo que estos piden, para bien o para mal, si lo que uno quiere es salvar el pellejo; pero aunque lo que pidan es hacer el bien, esta motivación no es una motivación moral, sino una motivación egoísta e interesada. Si veo a dos hombres haciendo el bien, uno porque quiere evitar el castigo de un supuesto agente sobrenatural y otro porque respeta a su prójimo, este último me parece infinitamente más honorable.
~A.C.Grayling
~A.C.Grayling
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