La novela se ambienta en los estertores de la I República y cuenta la
peripecia de un joven irlandés que llega a España para aclarar las
circunstancias del asesinato del general y apresar a sus asesinos, toda
una licencia histórica, ya que, como Gibson ha asegurado al recoger el
premio, se trata de un crimen aún sin resolver.
La acción de la novela transcurre en los últimos meses de la I
República, está ambientada en 1873 y el protagonista, personaje de
ficción, resultará ser hijo ilegítimo de uno de los compañeros del
general Torrijos que también fue fusilado en una playa de Málaga por su
lucha en favor de la libertad, según ha explicado el propio autor.
Las primeras palabras que ha dicho Gibson al conocer que era el
ganador, en el transcurso de una cena de gala celebrada en el Alcázar de
Sevilla, han sido: "Andalucía me está gustando cada vez más", momento
en el que ha confesado que llevaba en el bolsillo la Medalla de
Andalucía que hace unos años le otorgó el Gobierno regional y que ha
estado acariciando todo el rato, mientras el jurado fallaba el premio.
En la conferencia de prensa posterior a la concesión del premio,
Gibson ha señalado que son las primeras páginas de ficción que escribe
en su vida, ya que nunca se ha permitido inventar nada en sus libros de
historia y en sus biografías: "Delante de Dios digo que nunca lo he
hecho", ha declarado solemne.
Incluso para este libro ha investigado durante meses en los cincuenta
tomos del sumario judicial del asesinato de Prim, hoy mal conservados,
deteriorados por la humedad y apenas legibles, según ha explicado el
autor, quien ha asegurado que ha descubierto "muchas cosas nuevas" sobre
el caso, aunque se ha resistido a desvelar el final "porque no sería
sensato".
Gibson ha asegurado que el asesinato de Prim fue planificado "en las
alturas", que en su preparación "hubo mucho dinero" porque los asesinos
"desaparecieron de la faz de la Tierra" y el caso quedó sin resolver
pese a que se trataba del hombre más poderoso de España, presidente del
Gobierno y valedor del Rey Amadeo I de Saboya.
El historiador ha recordado que el asesinato se produjo cuando Amadeo
ya había embarcado para España, y ha asegurado que de haber seguido con
vida el general la Casa de Saboya hubiera podido consolidarse en
España, lo que hubiera cambiado la historia del país.
Entre los personajes históricos secundarios de la novela están el
pintor de cementerios Gumersindo Díaz y el abuelo de los hermanos
Machado, Antonio Machado Núñez, y entre los hechos históricos el primer
enlace ferroviario entre Madrid y la frontera francesa, un trayecto que
se cubría en 27 horas, pero que acabó con el aislamiento de la capital
española.
Gibson ha calificado de "atrevimiento" el haber escrito su primera
novela en español, aunque no es el primer libro que escribe en este
idioma, a la vez que ha bromeado diciendo que escribe el español mejor
que lo habla y atribuyendo a "la mala leche" que le recuerden de vez en
cuando el acento que conserva pese a la cantidad de años que lleva
viviendo en España.
En nombre del jurado, integrado también por los escritores Ángeles
Caso y Pere Gimferrer, entre otros, Fernando Delgado, ha destacado la
atmósfera y la ambientación de la novela, en cuyas páginas se recrean el
Madrid y la Sevilla de la época, de la que entonces "era dueño" el
todopoderoso Duque de Montpensier, cuya posible intervención en el
asesinato de Prim ha dejado Gibson en el aire.
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