Ir al contenido principal

Una visión de Europa: La vuelta a Europa en avión

Libros del Asteroide recupera la espléndida serie de reportajes que Chaves Nogales escribió y publicó en 1928, a medida que realizaba su insólita aventura en avión por el continente, desde Madrid hasta Bakú.

En 1928, entre agosto y noviembre de aquel año, Manuel Chaves Nogales emprendió la aventura, hasta cierto punto insólita, de sobrevolar el continente desde Madrid a Bakú, con numerosas escalas e imprevistos, para ir contando al lector español la última hora de Europa; una Europa convaleciente aún de la Gran Guerra, donde el fascismo copaba ya las calles de Milán y donde el comunismo soviético continuaba, una década después, su colosal experimento revolucionario. Los reportajes, un total de 26, verán la luz en el Heraldode Madrid, con apoyo fotográfico y una fuerte campaña publicitaria; un año más tarde, sin embargo, la editorial Mundo Latino los recogerá en un volumen, con la inclusión de textos censurados y artículos inéditos (recordemos que, desde 1923, España disfrutaba del régimen castrense de don Miguel Primo de Rivera). Estos son, pues, los antecedentes de La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja, extraordinaria obra periodística, en el gran siglo del reporterismo, la crónica y la interview (Ruano, tan pulcro, hablaba del interviuvado), que hoy reedita, con excelente oportunidad y buen gusto, Libros del Asteroide.

A finales del 16, Valle-Inclán ya había visitado el frente francés para ensayar una visión aérea, nocturna, expresionista, de la guerra de trincheras. Corpus Barga da noticia de aquella incursión bélica de don Ramón en sus estupendas Crónicas literarias. De resultas de los artículos de Valle, publicados en El Imparcial, nacería La medianoche. Visión estelar de un momento de guerra. También Koestler, en los años 30, propondrá el reportaje de altura desde un zeppelin. No obstante, el alcance y la magnitud de los artículos de Chaves es de distinta índole. Tanto por el amplio recorrido, como por la minuciosa observación del periodista, La vuelta a Europa en avión trasciende el mero reporterismo para dar en una suerte de ensayo ambulatorio en el que no sólo es importante lo observado; también el modo, celérico e inaugural, con que la nueva realidad se observa. Las páginas dedicadas al Berlín nocturno son ejemplares en este sentido. Chaves compara la obra del hombre, la ciudad profusamente constelada por la iluminación eléctrica, con la parva luminaria celeste, y concluye que el Creador se ha quedado anticuado en sus fuegos de artificio. De igual modo, al sobrevolar los Urales, los Alpes, la vasta llanura rusa, comprende que las montañas, que las imponentes cimas y su dramático prestigio, han sido superadas ya por el modesto -y accidentado- empuje de los Junkers. Hay aquí, pues, una diversa consideración del planeta, un plano alzado de Europa y de sus gentes, que el ferrocarril, con su lentitud decimonónica, no hubiera propiciado en ningún caso (en la siguiente guerra, como es sabido, el avión sería la fuerza determinante).

Con todo, no es este aspecto el más concluyente en la obra de Chaves Nogales. Sus finas apreciaciones sobre la efervescencia alemana, sobre la grandeza fantasmal de Viena, sobre la vitalidad de Praga, revelan una infrecuente capacidad de análisis. Los capítulos en que se aborda la revolución bolchevique son de una llamativa y áspera clarividencia. Es ahí donde se define el experimento soviético como capitalismo de Estado, cuya fuerza aglutinante (una fuerza que Chaves reputa indestructible) no es la doctrina de Marx, ni la burocracia estalinista, sino el hercúleo nacionalismo ruso. Una década después, las armas demostrarían la veracidad de dicho pronóstico; también en lo que se refiere al escalofrío expansivo de la juventud alemana. Estamos, pues, ante un gran libro de periodismo; un libro donde la inteligencia, el dato, la indudable pericia literaria, se ciñen al interés por la aventura humana y donde la compasión, la cólera, el estupor o el asombro, no ciegan el ojo penetrante del reporter. Si el periodismo es algo, es esta urgente y razonada exploración del mundo. Y Chaves Nogales, cuyo alto magisterio permanecía olvidado, deja aquí una extraordinaria lección de su oficio; un oficio venerable y joven, nacido con la modernidad, hoy en la encrucijada.

diariodesevilla.es

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr...

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

Las muchas lenguas de Kundera

La primera novela de  Milan Kundera ,  La broma,  es la historia de cómo una ironía leída por quien no debería –escribir en una postal “El optimismo es el opio del pueblo”– arruina la vida de su protagonista en la Checoslovaquia comunista. La última,  La fiesta de la insignificancia  –que su editorial en España, Tusquets, saca a la calle el 2 de septiembre– relata en uno de sus capítulos como Stalin relata una historia que puede ser, o no, un chiste, aunque descubrirlo no es sencillo: si por casualidad no es un chiste y es un delirio de dictador, puede costar la vida al que se ría a destiempo. En medio, transcurre la vida de uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX, cuya existencia podría ser definida como una gran lucha contra un mundo que ha perdido el sentido del humor. Los chistes son un ángulo magnífico para contar la historia del comunismo en Europa Oriental y la URSS: “Qué hay más frío que el agua fría en Rumania? El agua caliente”...