Ir al contenido principal

Bryce Echenique afirma que nunca para de escribir, a pesar de su "mala fama"

Lima, 3 jul (EFE).- El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique afirmó que nunca para de escribir, "a pesar de mi mala fama", y que tiene títulos para otras tres novelas, durante la presentación en Lima de su última obra "Dándole pena a la tristeza".

El novelista, nacido en Lima en 1939, agregó que "en realidad, la verdad es que no hay nada más aburrido en la vida que soportar una buena reputación", en alusión a las acusaciones de plagio presentadas en su contra desde 2006.

Bryce Echenique dijo que está "fregado (fastidiado) porque tengo títulos para dos o tres novelas, más cuatro etapas de memorias", entre sus próximas obras en el futuro cercano.

El autor dedicó todo el verano pasado (inicios del año en Perú) a escribir su nueva novela en una casa de playa, cercana a Lima, en la que afirmó que vivió solo con sus "fantasmas".

"Soy metódico, asustadizo y quiero volver siempre al presente, al pasado y al futuro, algo dificilísimo de hacer", comentó sobre su estilo de creación.

La obra "Dándole pena a la tristeza" es una incursión sentimental en el mundo de una acaudalada y muy limeña familia, los De Ontañeda Tristán, a lo largo de su enriquecimiento por la actividad de la minería y su decadencia.

Según el editor de la novela, Germán Coronado, con este título Bryce alcanzó las 26 obras publicadas a lo largo de sus 44 años en la literatura.

El escritor Alonso Cueto, amigo personal del autor y uno de los comentaristas en la presentación, calificó a la novela de ser "un retrato y protesta", donde se muestra a "muchos personajes peruanos de antes y de ahora, que piensan que el Perú es su universo y viven pendientes de las apariencias".
Cueto subrayó que solo Bryce es capaz de ver el humor en la tragedia y que los lectores "nos reímos de sus personajes, pero vivimos con ellos".

A su turno, el filósofo Federico Camino, amigo de la infancia de Bryce, recordó el que, según su opinión, debe haber sido el primer trago (copa) del escritor cuando ambos eran niños.

Camino contó que su amigo Alfredo se lanzó por el aire para evitar que otro compañero, subido de peso, lo aplastase durante su propia fiesta de cumpleaños y que el choque lo dejó maltrecho.

El padre de Camino, al conocer la hazaña de Bryce, le pidió a su esposa que le ponga "un poco de pisco (aguardiente) a la chicha morada (refresco de maíz) de Alfredo, a ver si vuela de nuevo".

La novela de 272 páginas está publicada por la editorial Peisa y desde hoy se puede comprar en Lima

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr...

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

Las muchas lenguas de Kundera

La primera novela de  Milan Kundera ,  La broma,  es la historia de cómo una ironía leída por quien no debería –escribir en una postal “El optimismo es el opio del pueblo”– arruina la vida de su protagonista en la Checoslovaquia comunista. La última,  La fiesta de la insignificancia  –que su editorial en España, Tusquets, saca a la calle el 2 de septiembre– relata en uno de sus capítulos como Stalin relata una historia que puede ser, o no, un chiste, aunque descubrirlo no es sencillo: si por casualidad no es un chiste y es un delirio de dictador, puede costar la vida al que se ría a destiempo. En medio, transcurre la vida de uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX, cuya existencia podría ser definida como una gran lucha contra un mundo que ha perdido el sentido del humor. Los chistes son un ángulo magnífico para contar la historia del comunismo en Europa Oriental y la URSS: “Qué hay más frío que el agua fría en Rumania? El agua caliente”...