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Bolaño por sí mismo. Entrevistas escogidas'

Este volumen reúne once entrevistas a Roberto Bolaño, todas realizadas durante los últimos años de su vida, a las que se añade, en cuidadoso montaje, una amplia selección de declaraciones hechas por el escritor a otro medio centenar de periodistas pertenecientes a los más diversos medios de comunicación. Del conjunto se desprende -ronca, apasionada, melancólica, provocadora, tierna, mordaz, exagerada, carcajeante, siempre genuina- la voz misma de Bolaño, que resuena aquí con todos sus timbres: una voz que se deja oír más allá de la propia escritura, en un ámbito más desinhibido, sustraído en cierto modo de su responsabilidad.


LA BATALLA FUTURA
Juan Villoro

Una noche de 1998 sonó el teléfono y oí una voz que atravesaba el tiempo: "Habla Roberto, Roberto Bolaño". Nos habíamos conocido casi veinte años antes. La comunicación no era muy buena; las palabras parecían venir de un submarino. "Aquí hace mucho viento", explicó Roberto. Estaba en Blanes, una pequeña ciudad en la costa del Mediterráneo. "Donde se alza la primera roca de la Costa Brava", precisó. Esa roca podía ser la última viniendo desde Francia, pero él prefería que fuera la inicial. En conversaciones posteriores, cuando lo visité en su casa, y a partir de 2001, cuando me instalé en Barcelona, lo escuché singularizar las cosas con gusto por los extremos. Alguien era "único", otro era "borderliner". Los matices le interesaban poco; prefería corregir criticando.
Como ha recordado Rodrigo Fresán, Roberto "no alentaba las conversaciones en abstracto"; le tenía sin cuidado hablar de Dios, la izquierda o el clima. Se sumía en la plática como un cazador que respira el olor de su presa y se dispone a poner una trampa. Perseguía los temas con esmero de taxidermista. Al poco rato, cambiaba de opinión: la historia del sudamericano ejemplar se transformaba en la historia del sudamericano canalla. Todo asunto es reversible para quien sepa contarlo. Como los "monstruos esperanzados" que tanto le interesaban a Roberto (las criaturas que padecen una anomalía y buscan adaptarse al medio en forma excepcional), los relatos encontraban en su voz diversos modos de sobrevivir. El vaquero insolado reaparecía como pistolero místico o vaquero sudaca. 

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