La ordinariez recoge una buena parte de la obra de no ficción (artículos, crónicas y ensayos) que Marcelo Mellado ha publicado en periódicos y revistas nacionales durante la última década. Por lo general breves, estas peroratas trazan la hoja de ruta del pensamiento de uno de los escritores que más en serio, pero a la vez con la más endiablada risa, está pensando al país: a Chile, en Chile, contra Chile. Dividido en cuatro secciones -centradas en lo nacional, lo literario, lo cultural y lo político-, este libro da buena cuenta de aquellos elementos, usos y obsesiones que han hecho de la de Mellado una escritura única, no copiable, punzante, incómoda.
"La de Mellado es una de las obras más sólidas y consecuentes consigo misma que pueden encontrarse en América Latina en este momento". Patricio Pron
PRÓLOGO
Por Patricio Pron
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Por Patricio Pron
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"Antes de continuar debo aclarar que lo más democrático que tenemos los chilenos es la práctica del desprecio" afirma Marcelo Mellado en uno de los textos de este libro, y agrega: "Por eso aquí -en el ejercicio textual- no hay ni víctimas ni victimarios, solo operadores del odio y del resentimiento escritural". Al igual que en su novela La hediondez (2011), cuyo tema es la rehabilitación de una biblioteca municipal en una ciudad innominada de provincias del litoral chileno que divide a la reducida escena literaria local en dos bandos enfrentados de forma violenta y ridícula, en la frase precedente el escritor chileno concibe la literatura como la zona de conflicto que efectivamente es, y participa de ella mediante una doble estrategia: por una parte, a través del desmantelamiento de esa escena, que Mellado también imagina como el escenario de un crimen; por la otra, mediante la adopción del "discurso quejumbroso, descalificador, discriminador y culposo que caracteriza los tonos peyorativos del habla nacional" y que convierte al autor de Informe Tapia (2004) en un discípulo de ese artista del insulto y del desprecio a los connacionales que fue Thomas Bernhard.
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