“Lo importante es que él había estado allí y que eso había que
contarlo. Se trata de un imperativo moral, al que no puede ni debería
sustraerse ningún periodista que se precie”
Tras la salida de Manuel
Chaves Nogales de España, a raíz de la guerra civil de 1936,
comienza el periplo junto a su familia la que viene a ser la experiencia
vivida de este hombre, quien más tarde logra establecerse en la urbe
francesa, donde allí ejerce como periodista colaborando con la
prensa francesa y Latinoamérica, además de algunas publicaciones sobre
la actualidad de España teniendo como punto de atención a los
exiliados españoles. Pero los días de Nogales tornabanse aun más
gris, pues fue fichado por la Gestapo, poco días antes de que los Nazis
entraran en Francia y más aun con el asomo de las fuerzas alemanas
que dejaban sentir sus pisadas en Francia, y estos hechos lo dictaminaron
a recoger sus pocas pertenecías y trasladarse de Burdeos a Inglaterra
su ultima residencia.
La agonía de Francia es un ensayo que cuenta la experiencia
y los múltiples testimonios con lo cual nos dice el por qué Francia
sucumbió ante el fanatismo y firma de una armisticio con Alemania en
el año de 1940. Nos dice como reflexiona aquella Francia
colmada de fe, ciega y universal en el desarrollo de sí misma, donde
sus habitantes creían en el progreso material engendrado por el progreso
del espíritu, salpicada por una doctrina donde no revelaba ninguna
falsedad. Esa Francia, que en el momento sonoro de los aviones se encuentra
sorprendida e indiferente por el derrumbamiento de una democracia fundada
por la carta de las libertades: “Todo intento contra esta inercia
formidable de la gran ciudad está condenada al fracaso” como así
expresara el mismo autor: “Nos miramos estupefactos. Aquello no era
una crisis sino un golpe de Estado”. Esos últimos temas, muestran
el estado deprimente al que llegaron sus líderes y la misma población
buscando su propia salvación. Líderes políticos y militares jugando
a la hipocresía por querer congraciarse con el enemigo. Nogales en
realidad muestra a Francia en su estado más pendejo nunca visto frente
al nazismo.
Fue desde el exilio
que de una manera magistral escribió con un estilo periodístico
y sin ningún artilugio escritural este texto, que para alguno podría
caer en grosería, pero en ningún modo lo es, solo muestra el punto
vista de un testigo que intenta explicar aquellos factores que llevaron
al derrocadero a Francia, más bien aquellos aspecto político y social
del hecho, y que mas decir del punto donde trata sobre: La indiferencia
de las masas, que es una clara evidencia de declive en la apatía y
el egoísmo de sus habitantes.
“Es el libro de un periodista, lo que está también de un testigo
de los hechos. A lo largo del texto son constantes, imperiosos casi,
los “yo he visto”, los “no olvidaré nunca”, los “yo
he hablado con”, los “he conocido casos”; en una palabra, los
faits vécus, amparados por la autoridad de ese yo testimonial”
Os dejo en sus manos
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