
Este grandioso ensayo, donde analiza la obra de Gustave Flaubert, nos deja al tanto, de que tan marcado fue para Llosas este fundador de la novela moderna «Hacía años que ninguna novela vampirizaba tan rápidamente mi atención, abolía así el contorno físico y me sumergía tan hondo en su materia». No diría yo que él fue marcado, casi todos fuimos marcado con la obra de Flaubert, pues leer a Madame Bovary, es como apropiarse de los mundos escondidos que se asoman en las escasas novelas, y que emerge esa belleza lirica que de inicio nos va asumiendo, sin discusión. Madame Bovary es de esas novelas, que no deja espacio a concebir otro esfuerzo mas que el que trae por sí, es un texto que no queremos ver terminar, que sensibiliza nuestra relación autor-protagonista-actualidad. Flaubert es un modelo para los escritores posteriores, que quieren hacer de la novela una musicalidad perpetua, donde la plenitud de los textos sean notas musicales que causen recuerdos indestructibles.
“Leí Madame Bovary pronto hará medio siglo y no exagero al decir que esa novela cambio mi vida. Me descubrió a Flaubert, que ha sido uno de mis maestro y mis autores de cabecera desde entonces de alguna manera difícil de explicar a descubrir qué clase de escritor aspiraba a ser”
La manera en que desarrolla la critica de Madame Bovary, se asemeja al trípode, en la sima esta el encabezado: Madame Bovarya, mas luego, como primer paso o tronco a analizar esta el dato autobiográfico, que es el punto donde nos deja saber la influencia que ejerció la cabeza que se esta analizando, un segundo tramo esta el análisis de Madame Bovary de por sí, como es natural desarrolla la personalidad de esta mujer y los demás componente del texto. Una última parada es el marco relacional entre el autor y texto, en la cual se apoya en los datos biográficos existentes de Flaubert.
“Por eso cuando una frase le parece mas o menos concluida la lee en voz alta, la interpreta, subiendo mucho el tono, paseando por la habitación y gesticulando como un actor. Si no suena bien, si no es melodiosa y envolvente, si sus virtualidades sonoras no constituyen en sí misma un valor, no es correcta, las palabras no son las justas, la «ideal» no ha sido cabalmente expresada…. Un buen día de trabajo puede significar media pagina definitiva; pero hay jornadas dedicadas a componer- es el verbo justo- una sola frase”
Es un excelente ensayo que no debemos dejar a un lado, si emprendemos el gran viaje por los contornos de la lectura de Madame Bovary.
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