Según un comunicado del ministerio, este "mazhor", como se denomina en hebreo, data posiblemente del siglo XV y presenta particularidades propias de los libros de plegarias, como son la disposición ocasional del texto en columnas y el uso de la letra cuadrada de mayor tamaño en los inicios de sección.
El libro, encuadernado en piel y de reducidas dimensiones, se encontraba en muy malas condiciones, pues tenía las guardas pintadas e incompletas y las tapas presentaban roces y pequeñas pérdidas de material.
Sus hojas, de pergamino, estaban muy sucias por ambas caras, perforadas en zonas de texto y resecas.
En los talleres del Instituto de Patrimonio Cultural (IPCE) le ha sido aplicado un tratamiento, consistente, primero, en una limpieza con gomas blandas alrededor del texto y con polvo de goma en el resto del documento.
Tras comprobar que las tintas y los pigmentos del libro eran solubles, se ha empleado un producto reversible para fijarlos, se ha rehidratado y alisado el pergamino y se le ha injertado material similar al original.
El libro, que carecía de lomo, ha sido cosido con tres cordeles, como en origen, se le ha confeccionado un lomo nuevo con papel craft y se le ha repuesto la piel que faltaba, tiñéndola como la original.
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