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Gibson regresa a García Lorca

Han pasado ya 75 años del asesinato de Federico García Lorca y casi 25 de la publicación del segundo tomo de la biografía del poeta y dramaturgo granadino escrita por Ian Gibson, la obra vital del hispanista. Así que, restos sin encontrar aparte, ¿qué le queda a Gibson por descubrir de Lorca? "Mucho, muchísimo, aunque sobre todo dos cosas: me gustaría saber cómo fue su muerte, que reconozco que es mi obsesión, pero sin morbo, y cómo era su voz. Fue el poeta que más recitó en público, que visitó y charló en radios tanto aquí como en sus ocho meses de éxito en Argentina... y no hay ni una grabación. Quien mejor ha escrito de él fue Vicente Aleixandre, porque le conoció por la noche. Aleixandre habló del Lorca lunar. Para mí, Lorca es un misterio. Un ejemplo: el manuscrito de Así que pasen cinco años está fechado exactamente un lustro antes de su muerte, y encima acaba con un asesinato. En Lorca hay misterio y mucho escalofrío".

Ayer, Ian Gibson reflexionaba apasionadamente durante la presentación de una nueva edición -"No he añadido nada, salvo un pequeño prólogo y algunos retoques de estilo, porque ahora escribo más fluido en español"- de su biografía Federico García Lorca, ahora editada por Crítica. "Son 1.400 páginas. Tengo 72 años y realizar una edición revisada me hubiera supuesto un esfuerzo titánico, una cuestión de meses que ya no puedo hacer. Lorca en estos años se ha convertido en un fenómeno casi cósmico. Yo no podía seguir leyendo cosas sobre él y cada semana recibo informes nuevos". Y porque Gibson se ha dedicado a otras cosas, como la biografía de Dalí, y otra en la que trabaja actualmente, la de Buñuel. "Sería mi gran ilusión: editar juntas las tres cuando acabe. Eran increíbles. Vivieron muy deprisa, hacían más cosas en un día que otros en un año. Llevo dos años dedicados a la investigación de los primeros años de la vida de Luis Buñuel, en Calanda [Te-ruel], y de su familia, que están muy poco documentados. Espero acabar en otro par de años el primer volumen, que llegará hasta el final de la Guerra Civil, con lo que incluyo La edad de oro y Un perro andaluz, sus dos grandes filmes. Y después en un segundo tomo, el resto de su vida. Hay que ser un loco para meterse en estas historias, pero los personajes son fascinantes".

Como García Lorca. El hispanista irlandés, español desde 1984, indagó en 2009 en Lorca y el mundo gay en la homosexualidad del granadino, y ahora solo el descubrimiento de sus restos le pondría otra vez a escribir. "No me gusta que no sepamos dónde está su cuerpo. Por Granada corren mil rumores. Pero, hoy por hoy, va a ser difícil que se reabra la investigación: en el Ayuntamiento de Granada gobierna el PP, ahora por primera vez también en la Diputación y encima en Alfacar [lugar donde podrían estar sus restos tras ser fusilado], lo mismo. Ellos están en contra de buscar, apuestan por mirar hacia el futuro y no hacia el pasado. Y eso no me gusta. Lorca es el poeta español más traducido de todos los tiempos, y el que más ha emocionado a los lectores de todo el mundo, a pesar de la dificultad de traducirle. Su asesinato se debió principalmente a motivos políticos, mezclados con odios personales. Su padre era un terrateniente progre y la burguesía granadina castigó al padre en el cuerpo del hijo. Pero no solo es culpa del PP: el PSOE granadino no quitó, cuando gobernaba en la ciudad, el monumento a Primo de Rivera. Y no todo el PP es igual: el alcalde de Málaga apoya las exhumaciones en el cementerio de San Rafael, donde hay 3.000 fusilados. Si la derecha en este país fuera más magnánima, se resolvería fácilmente. Y podríamos avanzar".

Gibson cree que Lorca sería un "punto de reconciliación". "Tanto la derecha como la izquierda le admira, es el desaparecido más célebre de la Guerra Civil. Sería un alivio para todos saber dónde están sus restos. Y por eso no entiendo la actitud de la familia ni que no se oiga ninguna voz discordante dentro de ella. Lorca no es de su familia, es del mundo y de la humanidad".

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