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Simon Scarrow asegura que las guerras napoleónicas fueron la Primera Guerra Mundial

Barcelona, 24 nov (EFE).- El escritor británico Simon Scarrow ha cerrado su tetralogía Napoleón vs Wellington con la novela "Campos de muerte", que concluye con la batalla de Waterloo (1815) como fin de unas guerras napoleónicas que el propio autor considera "la verdadera Primera Guerra Mundial".

En la presentación de "Campos de muerte" (Edhasa), que ha vendido 2,5 millones de ejemplares de la serie sólo en Reino Unido y que ha sido traducida a dieciocho idiomas, Scarrow ha comentado que las guerras napoleónicas "acabaron definiendo el mapa de Europa"

Francia, Inglaterra y Alemania marcaban el signo de Europa, como continuaron haciéndolo en la Primera Guerra Mundial, en la Segunda y también hoy en la crisis económica, sostiene.

En palabras del editor de Edhasa, Daniel Fernández, de la tetralogía (las anteriores novelas fueron "Sangre joven", "Los generales" y "A fuego y espada"), se puede extraer una tesis histórica oculta: "El peor error estratégico de Napoleón no fue la invasión de Rusia, sino la brutalidad con que se empleó en España, donde la mayor parte de la población estaba dispuesta a afrancesarse inicialmente".

En "Campos de muerte" llama la atención del lector el encuentro, ficticio pero verosímil, entre Napoleón y Wellington: "En la primera novela creé un encuentro ficticio entre Napoleón y Wellington, pero en realidad coincidieron en París, sin embargo este encuentro final -el de la cuarta novela- es completamente ficticio, aunque si no fue real debería haberlo sido".

Piensa el autor británico que "ambos personajes debieron tener una intensa curiosidad y hasta obsesión el uno por el otro" y eso explicaría que Wellington se acostara con muchas amantes del francés.

"Después de 4.000 páginas de la serie no podía escatimar al lector un encuentro entre estos dos personajes que eran tan opuestos en su postura sobre la vida, con un Wellington que al final está harto de la guerra y un Napoleón que no entiende el mundo de otra manera", dice el autor.

Concluida la serie de las guerras napoleónicas, Scarrow considera la tetralogía "un ciclo cerrado", aunque no oculta que le habría gustado escribir una quinta "haciendo fantasía histórica con una segunda vuelta de Waterloo".

En la actualidad baraja varias ideas, como desarrollar una novela histórica sobre el sitio de Malta y otra sobre la ocupación alemana de las islas griegas.

En paralelo, continúa con su serie de los legionarios romanos Cato y Macro -de la que ya hay publicadas once novelas- que estarán comisionados en Britania en las dos próximas entregas, y descarta que posteriormente tengan una aventura en Hispania.

Reconoce Scarrow que detrás de estas novelas hay "un gran esfuerzo de documentación, pero en el caso de la tetralogía era más complicado porque se sabe mucho de lo que hizo Napoleón, con una bibliografía de 100.000 títulos, y ante esa presión resulta difícil introducir la trama novelística".

En ese proceso de investigación descubrió, cuando ya tenía escrita la novela, que "el joven Napoleón se masturbaba siempre antes de cada batalla para relajarse, un detalle que habría sido interesante para novelar".

Finalizada la serie, no oculta sus preferencias por Wellington, "porque era el más humano y siempre sopesaba que no hubiera muchas víctimas entre sus soldados", aunque al comienzo pensó que Napoleón sería su héroe, por su origen humilde y por su defensa de las clases más desfavorecidas, frente a un Wellington aristócrata.

Pero con el tiempo, añade, se dio cuenta de que Napoleón se acabó convirtiendo en "un monstruo, un dictador como otro Hitler".

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