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Lo que mueve el mundo


“A Carmen Mussche, por contarme la historia de su padre.”

Comenzado por el final, el escritor español en lengua vasca, Kirmen Uribe, no bien sale de la gloria con su novela Bilbao-New York-Bilbao de 2008 con la cual logra ganar el Premio Nacional de Narrativa 2009, nos presenta su nueva propuesta, una novela Lo que mueve el mundo, la cual en su momento recibió grandes critica por su abandono de estilo de sus anteriores.

“la historia que debía contar, una historia que coincide plenamente conmigo; una novela que refleje lo que yo entonces sentía, porque aparecerán en ella el amigo perdido, el amor, la hija. La felicidad y la ausencia. ” 

El libro inicia con los intensos bombardeos en la Guerra Civil española y que ha propiciado que diecinueve mil niños vascos sean llevados a distintos países de Europa (Francia, la Unión Soviética, Inglaterra o Bélgica). Karmentxu Cundin Gil, una niña de este exilio, a sus ocho años de edad viaja a Gante con su hermano Ramón, donde es recibida por el escritor Robert Mussche. La llegada de la niña cambiará la forma de ver la vida del autor: simpatiza con la resistencia en la Guerra Civil y será un acérrimo crítico de los nazis en plena Segunda Gran Guerra, postura que cambiará su destino para siempre.

“Una novela sobre la amistad y el amor, el compromiso y la lealtad, y la irreversibilidad de las decisiones que marcan toda una vida. Lo que mueve el mundo es un libro conmovedor sobre una infancia marcada por el desarraigo, una historia mezcla de realidad y ficción, ambientada entre los periodos de la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial hasta llegar a nuestros días.”

Quien la lea no confrontara problemas, pues es de una lectura fácil de llevar, sobretodo por como se nos presenta el protagonista de la novela Robert, así, se configura como un romántico en pos de cambiar al mundo, siempre fiel a sus ideales. A pesar de venir de un origen humilde, a diferencia de su amigo Herman, Robert siente una pasión especial por la literatura, la pintura y la música. Kirmen tiene una extraordinaria habilidad a la hora de dotar de coherencia psicológica a sus personajes. Es por ello que nos sentimos identificados de inmediato con Robert y su historia enternecedora, a pesar de que, en lo personal, no soy dado a experimentar tales sentimientos tan fácilmente.

Excelente texto.

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