“Quizás algún hombre necesitó toda una vida para reunir varios de sus pensamientos, mientras contemplaba el mundo y la existencia, y, entonces, me presenté yo y en dos minutos, izas!, todo liquidado.”
En una ocasión el escritor y crítico Christopher Isherwood escribió una revisión de la obra de Ray Bradbury diciendo “el puro impulso y el poder de una imaginación verdaderamente original estimula ... el suyo es un talento muy grande e inusual". Esa crítica estaba en un fuerte contrato con el autor de ciencia ficción. y la evaluación del crítico Damon Knight de que la “imaginación de Bradbury es mediocre; toma prestados casi todos sus fondos y accesorios, y los distorsiona gravemente ".
Este libro presenta una sociedad distópica donde los libros están prohibidos y los bomberos están acusados de quemar cualquiera que se encuentre en su camino. Se llama así a la supuesta temperatura cuando se quema el papel de libro.
Si como dice Damon Knight que la imaginación de Bradbury es mediocre por el uso del fondo y accesorios, yo diría que muy bien lo uso, pues antes de leerlo, siendo esta mi segunda lectura, tenia mis objeciones, pero a medida que iba internándome en los diálogos de los personajes, dónde escritor dejaba ser a los personajes, eso me fue atrapándome.
Recordemos, que el padre de Bradbury fue bombero en la Illinois, donde fueron muchas la veces que paso con su padre en la estación de bomberos, a esto añádanle historias de la quemas de libros en Alemania por parte de los Nazi, Rusia y China, y la destrucción de la biblioteca de Alejandría.
“Cuando supe que Hitler había quemado los libros en las calles de Berlín, me molestó muchísimo. Tenía 15 años cuando eso sucedió, estaba completamente enamorado de las bibliotecas y él [Hitler] me estaba quemando cuando hizo eso ... La razón por la que escribí Fahrenheit es que soy una persona de la biblioteca y estoy en peligro de algún día escribir algo que a la gente no le guste y que se queme. Así que fue natural que me sentara y escribiera Fahrenheit 451 ".
El título original de la novela no era Fahrenheit 451, sino The Fireman. Y era lógico que Bradbury lo escribiera en una biblioteca, el sótano de la Biblioteca Powell de la UCLA, en una máquina de escribir que alquilaba por diez centavos por media hora. Completó la historia en nueve días.
“Los libros sólo eran un tipo de receptáculo donde almacenábamos una serie de cosas que temíamos olvidar. No hay nada mágico en ellos. La magia sólo está en lo que dicen los libros, en cómo unían los diversos aspectos del Universo hasta formar un conjunto para nosotros”
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