En 1913, el nicaragüense Ruben Dario presenta este cuento, el cual relata la historia de un fraile que muere en nombre de la ciencia. Un ser pertubado por el maligno espiritu que infunde la ciencia, el cual fragmentaba sus horas coventuales entre ciencia y oracion, las disciplinas y el laboratorio que le era permitido.
Con este texto, Ruben Dario, deja en claro que la fe es un acto de fidelidad, que se sobreentiende en el corazón sin pasar por la cabeza.
“No pudo desde ese instante estar tranquilo, pues algo que era una ansia de su querer de creyente, aunque no viese lo sacrilegio que en ello se contenia, punzaba sus anhelos”
Toda la historia tiene lugar en el cementerio de un convento, cuya visita va dirigida por un religioso. la guia advierte a sus seguidores sobre la lapida de Fray Pedro, personaje central del cuento. Un personaje “flaco, anguloso, palido” e incluso de espiritu perturbado cuya desgracia se veia venir con su sed de conocimiento. El fraile persuade a sus fieles con que la necesidad de saber es equivalente a la curiosidad que condeno a Eva y Adam. Adivinacion del futuro y la magia fueron a prueba de su consideracion. Logra persivir que atraves de los estudios la obra de Dios se humaniza y lo divino no es humano.
Es un interesante cuento de pocas páginas, que nos da lugar a buscar muchas interpretaciones abiertas de apuesta que hace Ruben Dario.
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