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Stiopa


Nos cuenta el autor, que el joven comerciante Krisíllshikov, quien había crecido y estudiado en Moscú sus estudios universitarios, le era normal realizar sus vacaciones en su finca de la región de Tula, en el camino a Chern, fue sorprendido por un torrencial aguacero, todo un diluvio, mientras vestido de una Chuyka, ropa masculina tradicional de Rusia, especie de abrigo de corte recto, con el cuello guarnecido de piel o terciopelo, hacia la carretera principal de los campos y el cielo había desaparecido, todo estaba impregnado de olores a fósforo y pepino, una oscuridad densa.

En el desarrollo del cuento, se pronuncia algunos aspectos personales del personaje Krasíllshikov, que era el todo un terrateniente de simple origen campesino, bebía Lafite y otros vinos, sus cigarrillos, pero al mismo tiempo se ataviaba con sus botas como todo un campesino, se sentía orgulloso de todos sus placeres, orgulloso de su viril belleza, de su recuerdo en la calurosa Moscú, de su romance con una actriz, del sofocante calor, ocio, humo en la taberna Troitzki y de sus interminables conversaciones en el café Tremblay

De lo anterior en adelante, es que produce el redondeo de la historia, cuando llega a una posada con paredes de troncos bajo techo oxidado. Al vociferar, presumía que estaba a solo y fue internándose por las habitaciones “Seguramente, todos están fuera, reuniendo el ganado asustado y disperso por la tormenta“, pero en medio del atroz silencio se escuchó una trémula vocecita, Stiopa, la hija del posadero. Se desencadena un breve acercamiento entre ambos: Ella lo miro, aterrorizada, por encima del hombro, dejó caer las manos y dio la vuelta. El la atrajo hacia su pecho; ella no causo resistencia, tan solo lo miro aturdida y echó la cabeza hacia atrás“ Ante tal hecho, ella seguía confundiendo a Krasílshikov con un amigo de su padre, Vasili Alekséyevick, hubo un beso largo y apasionado, sumisa y silenciosa se quedó más luego dormida, mientras él la observaba y regañaba al padre de esta por dejarla sola.

El desenlace y culminación de este cuento se inclina velozmente, realiza un cierre abrupto, donde al día siguiente Krasíllshikov prepara su caballo, se despide de Stipia, esta le cuestiona a dónde va y por qué la deja sola, más el sin remedio le responde que su padre estará en casa, y ella gimotea, pero más confundida que esta no había otra: Vasili Alekséyevich, por amor a Cristo, por el mismísimo Señor de los cielos, ¡cásese conmigo! Seré su esclava, su servidora mas fiel, dormiré en la puerta de su alcoba… ¡Por Dios, no me abandone! Me iría con usted ahora mismo, pero ¿quién me dejaría hacerlo? Vasily Alekséyevich…“

Nada sorprendente el cuento….

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