“No hay rasgo exterior que distinga a un
malvado; puesto que la atrocidad, la cometida en las muchachas o cualquier
otra, se encuentra a mano del primero que pase. No se trata de que este mundo
esté lleno de inocentes, sino de lo contrario: está poblado por individuos
capaces, todos ellos, de lo peor“.
Créanlo o no, pero El Asedio de
Arturo Pérez-Reverte, o te gusta o lo manda al carajo, y no con esto planteamos
o afirmamos que es malo el escrito, para nada, es un libro excelente en descripciones
y una buena narrativa de ambientación del Cádiz de 1811, una ciudad cautivadora
que resiste el asedio inicial por los soldados franceses de Napoleón durante la
guerra de independencia, una ciudad protegida por su arrecife, sus murallas, su
reciente inversión de alianza con los ingleses y su comunicación con el mar con
el resto del mundo hasta el punto que viven mejor los sitiados que los
sitiadores, pero hay que establecer, que es un texto muy denso, tienes que ir acostumbrándote
a lo que narra el autor, pues hay momentos donde se torna algo aburrido, que lo
que más uno anhela es ver la última página.
“Las lágrimas
se guardan para los entierros, y la vida hay que buscarla allí donde lo dejan a
uno. En una casa buena de Cádiz, o en el infierno. Donde sea. Donde se pueda“.
El libro se desarrolla en la Cádiz de
1811, donde en el mismo convergen varias historias, que van, por ejemplo, desde
las aventuras del corsario Pepe Lobo y la hacendosa y decidida empresaria
Lolita Palma; a la detectivesca historia del comisario Tizón, policía brusco y
poco correcto, que persigue a un asesino en serie que va matando a jovencitas
inocentes al ritmo de las bombas que caen desde el Trocadero y la Cabezuela en
Cádiz; o por ejemplo, eligiendo entre todas ellas la historia del capitán
artillero Desfosseux obsesionado con sus cálculos y parábolas de tiro para
alcanzar más allá de las 2000 toesas y llegar al centro de Cádiz mismo. Este es
un pequeño ejemplo de las historias que encierra el marco de la historia del
asedio de Cádiz. Por eso, explicar el argumento, o ejemplificar la novela
mediante un sucinto resumen es bastante complejo en una novela de carácter
coral.
El autor se metió a fondo con un
buen arsenal de documentación histórica, donde la matemática, física, química,
taxidermia, costumbre, modas, artillería, novelas le dan vida al texto.
Batallas, aventuras, romanticismo, intriga policial, costumbrismo, la búsqueda
del tiro perfecto… son una pequeña muestra de lo que el lector va a encontrar
en esta novela que le hará pasar al lector de amor al odio.
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