“Los argumentos que se encontrarán aquí —nos dice
James C. Scott— se fueron gestando durante largo tiempo, mientras
escribía acerca de campesinos, conflictos de clase, resistencia y
pueblos marginales en las colinas del sudeste de Asia”.
De esta investigación surge Elogio del anarquismo, un estudio que recupera la rica tradición del pensamiento anarquista para aplicarla a uno de los mayores problemas de nuestro tiempo: la angustia de vivir agobiados entre el excesivo peso del estado y el desencanto con la revolución.
Mediante una selección de momentos puntuales de la historia contemporánea, Scott nos recuerda que la desobediencia civil ante leyes que resultaban injustas ha sido uno de los factores que han permitido la mejora del sistema democrático y el avance de la humanidad.
Recupera así el sentido común que subyace en el pensamiento anarquista y lo sitúa en manos de los ciudadanos, como un arma defensiva ante las decisiones políticas que benefician a los grandes poderes económicos a costa del bien común.
De esta investigación surge Elogio del anarquismo, un estudio que recupera la rica tradición del pensamiento anarquista para aplicarla a uno de los mayores problemas de nuestro tiempo: la angustia de vivir agobiados entre el excesivo peso del estado y el desencanto con la revolución.
Mediante una selección de momentos puntuales de la historia contemporánea, Scott nos recuerda que la desobediencia civil ante leyes que resultaban injustas ha sido uno de los factores que han permitido la mejora del sistema democrático y el avance de la humanidad.
Recupera así el sentido común que subyace en el pensamiento anarquista y lo sitúa en manos de los ciudadanos, como un arma defensiva ante las decisiones políticas que benefician a los grandes poderes económicos a costa del bien común.
PREFACIO
Los
argumentos que el lector encontrará aquí se han ido gestando durante un
largo tiempo, mientras me dedicaba a escribir sobre campesinos,
conflicto de clases, resistencia, proyectos de desarrollo y pueblos
marginales en las montañas del sudeste asiático. Una y otra vez, a lo
largo de tres décadas, tras acabar algún debate de seminario o haber
escrito algún artículo, me he sorprendido a mí mismo pensando, «esto se
parece a lo que argumentaría un anarquista». En geometría, dos puntos
for - man una línea; pero si el tercero, cuarto y quinto punto caen to -
dos sobre la misma línea, resulta difícil entonces no prestarle
atención a esta coincidencia. Desconcertado por ella, decidí que había
llegado el momento de leer a los clásicos del anarquismo y la historia
de los movimientos anarquistas, y a este fin, impartí un extenso curso
de grado sobre el anarquismo, un intento de educarme a mí mismo y, tal
vez, de poder concretar mi relación con el anarquismo. El resultado, y
tras posponer el proyecto los casi veinte años transcurridos desde que
dejé de enseñar ese curso, ha quedado recogido en este libro.
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