Recopilación de relatos en el que lo irreverente,
lo dulce y lo descorazonado conviven entre sus páginas, teniendo un
peso mayoritario sobre el conjunto los relatos sobre literatura, libros y
el mundo de la creación literaria, definiendo éstos el tema central de La vida interior de las plantas de interior.
Henry
David Thoreau afirmó alguna vez que en su cabaña del bosque de Walden
tenía tres sillas: «una para la soledad, dos para la amistad, tres para
la sociedad. Cuando inesperadamente venía un gran número de visitantes,
sólo estaba la tercera silla para todos ellos, pero por lo general
economizaban espacio quedándose de pie.»
No importa cuántas personas se queden de pie, los personajes de La vida interior de las plantas de interior sólo
tienen una silla: una mujer que llora al ver la portada de una revista
de decoración en un supermercado, un anciano encerrado en el baño de un
avión que cree que se va a pique, el jurado de un concurso literario de
provincias que por fin descubre al genial escritor que siempre ha estado
buscando, un perro que aparece en cincuenta y cuatro pinturas de Pablo
Picasso y odia a los comunistas, un albatros que vive en la gran Mancha
de Basura del Atlántico, un caballo prehistórico que piensa en
Empédocles de Agrigento, una joven que sólo come puré de patata
deshidratado, un escritor que descubre las potencias de la ficción, una
mujer en una lavandería en Bélgica que lee noticias de actrices porno
muertas, dos aspirantes a escritores que giran en la nada y otro que
vive bajo el gran escritor argentino vivo, un niño que se corta las
piernas y el rostro con un cuchillo, dos amigos que les ponen caras a
las nubes, una florista obsesionada con un viejo cliente suyo, un actor
porno que huye de sí mismo. Todos ellos experimentan el bloqueo, pero
también la liberación que promete este libro, a ellos y a sus lectores.
«Perspicaz, de inteligencia sutil, estilo exquisito, Pron es uno de los escritores más importantes en lengua española.»
ALBERTO MANGUEL
EL CERCO
1
Una
mañana –no tiene demasiada importancia, pero es marzo, es sábado, es el
año 2010, es el día veintisiete– un joven corre junto a su perro por
una calle silenciosa en un barrio residencial al sur de la ciudad
alemana de Hanau cuando algo sucede, el perro se adelanta o se retrasa o
sale a la búsqueda de algo que ha llamado su atención y es arrollado
por un coche. Al ser golpeado en el costado por el parachoques, el borde
inferior de éste, que es particularmente agudo, abre un tajo en el
vientre del animal y queda manchado de rojo; a continuación, el resto
del cuerpo es engullido bajo el coche, que se detiene unos metros más
adelante, cuando ya es tarde. Al acercarse, el dueño del perro comprueba
que el animal ha quedado destrozado y estima rápidamente que sus
posibilidades de salvación son iguales a cero; sin embargo, el animal
aún jadea débilmente y lo mira desde el suelo con unos ojos desorbitados
mientras intenta ponerse de pie. Naturalmente, esto no es posible
porque su cuerpo ha sido cortado por el medio, y el dueño del perro se
arrodilla junto a él y comienza a acariciarlo y a susurrarle palabras
tranquilizadoras mientras las lágrimas caen por su rostro. El animal
deja de respirar un instante después y, al intentar recoger su cadáver,
el joven observa que sus intestinos están llenos de larvas de la araña
argiopea; como el joven estudia veterinaria, reconoce de inmediato la
variedad de las larvas y recuerda dos cosas que ha escuchado
recientemente en una clase: la primera es que las hembras de esa especie
imitan el acto sexual entre ellas para animar a los machos a
practicarlo, y la segunda, que estos, tras consumar el acto, sueltan su
órgano sexual cargado de esperma en el interior de la hembra y tratan de
escapar pero a menudo son alcanzados y devorados por ella.
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