Ir al contenido principal

El escritor y su lectora

El escritor húngaro Imre Kertész (Budapest, 1929) es de sobra conocido en España. Premio Nobel de literatura en 2002, sus obras más importantes, desde Sin destino, la más emblemática, hasta Informe K o Diario de la galera, están bien traducidas al castellano —la mayoría en Acantilado—; a ellas se añade ahora este nuevo título que apareció por primera vez en Alemania con ocasión del ochenta cumpleaños de Kertész.

No crea el lector que Eva Haldimann (1928) es el nombre de un amor de Kertész, como la Milena de Kafka; nada de eso. De origen húngaro y doctora en literatura comparada por la Universidad de Zúrich, esta Eva terminó ejerciendo la crítica literaria de manera profesional y gracias a sus bien documentados artículos sobre literatura centroeuropea publicados en el diario suizo Neue Züricher Zeitung descubrió a Kertész e impulsó su celebridad en el mundo “occidental”, es decir, fuera de Hungría, tal y como él mismo se lo comenta a su amiga y principal reseñadora en una de las cartas de este volumen, tan bien traducidas por Kovacsics.

La fama de Kertész se inició en los países de habla alemana, mientras que en su país natal se sentía postergado, un autor de segunda fila. Sus novelas —muy pesimistas— no gustaban a la intelectualidad oficial de un país que nunca terminaba de reconocer sin rodeos su culpa en el exterminio de más de seiscientos mil judíos húngaros. Kertész no comulgaba con los comunistas, ni tampoco con quienes les sucedieron tras la caída generalizada del comunismo en la Europa del Este. En el periodo que abarca esta correspondencia con su reseñadora —años 1977 a 2002— Hungría le parecía a Kertész un erial de “ciegos nacionalistas y antisemitas”, más peligrosos aún porque este último concepto adopta un significado que trasciende el mero odio a los judíos: “El antisemitismo nuevo y activo se basa en la conciencia de la existencia de Auschwitz”… Según esta premisa Kertész infiere que quien ahora lo profese querrá exterminar al resto de los judíos y para ello necesita un Estado totalitario que lo respalde, ergo, el antisemitismo es síntoma del anhelo de un nuevo totalitarismo.

Las cartas a Eva Haldimann —de ésta se incluyen apenas tres o cuatro— muestran a un Kertész preocupado por la situación en su país, pero también, al escritor que después de duros años de trabajos forzados como traductor de alemán (Nietzsche, Wittgenstein, Canetti…) empieza a gozar de su fama: sucesivas becas en Alemania le permiten residir en Feldafing, Berlín o Viena. Sus libros comienzan a venderse en toda Europa, siempre acompañados de agudas reseñas de Haldimann. Al final, como el broche de oro a sus reflexiones sobre el Holocausto, llegó el Nobel. Eva le escribió alborozada para felicitarlo: “Ya se lo escribí hace unos años a los alemanes y a usted cuando definí su obra —la del moralista y escritor más grande de nuestra época, la del autor contemporáneo más grande de Hungría— como la obra clave del pensamiento europeo y humano en general, como una catarsis”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Grandes esperanzas (Fragmentos)

«En el primer momento no me fijé en todo esto, pero vi más de lo que podía suponer, y observé que todo aquello, que en otro tiempo debió de ser blanco, se veía amarillento. Observé que la novia que llevaba aquel traje se había marchitado como las flores y la misma ropa, y no le quedaba más brillo que el de sus ojos hundidos. Imaginé que en otro tiempo aquel vestido debió de ceñir el talle esbelto de una mujer joven, y que la figura sobre la que colgaba ahora había quedado reducida a piel y huesos. [...] ―¿Quién es? ―preguntó la dama que estaba sentada junto a la mesa. ―Pip, señora. ―¿Pip? ―El muchacho que ha traído hasta aquí Mr. Pumblechook, señora. He venido a jugar... ―Acércate más, muchacho. Deja que te vea bien. Al encontrarme delante de ella, rehuyendo su mirada, observé con detalle los objetos que nos rodeaban, y reparé en que tanto el reloj que había encima de la mesa como el de la pared estaban parados a las nueves menos veinte. ―Mírame ―me dijo miss...

El murmullo de las abejas

Título original:  El murmullo de las abejas         Autor:  Sofía Segovia Editorial: Lumen Año de publicación:2015 Año de edición :2016 Número de página:496 Genero: Ficción, Literatura, Realismo mágico, Histórica, Novela   El libro El murmullo de las abejas, como su escritora, Sofía Segovia, me llega por recomendación del algunos lectores, pues me habían hablado de lo maravilloso del texto. Una novela con un matiz tierno que expone por medio del realismo mágico la historia familiar anclada en los ojos de un  niño   en el discurrir de los inicios de la revolución de 1910 en México, pero con la salvedad de que en si la novela no es una novela historia, sino que pone pinceladas de los hechos históricos que salpicaron a la terrateniente familia de los Morales en Linares, Monterrey y Florida.   Leer el Murmullo de las abejas es posibilitarnos a creer, que aquellos que es inconcebible en la realidad, en la novela todo ocurre como algo nor...

Los primeros exámenes confirman que Pablo Neruda padecía un cáncer avanzado

La historia oficial señala que el premio Nobel de Literatura Pablo Neruda murió a las diez y media de la noche del 23 de septiembre de 1973 en la clínica Santa María, de Santiago de Chile, a causa de un cáncer de próstata. Sin embargo, Manuel del Carmen Araya Osorio, el chofer chileno que trabajó a su servicio durante sus últimos meses, declaró en 2011 que murió envenenado mediante una inyección letal que le aplicaron en el estómago durante su convalecencia en la clínica, 12 días después del golpe de Estado que perpetró Augusto Pinochet. Tras conocerse la declaración del chófer, el Partido Comunista de Chile presentó una querella para conocer la verdad sobre la muerte de quien tal vez fuera su militante más conocido. Finalmente, los restos del poeta fueron exhumados el lunes 8 de abril en el balneario de Isla Negra, a la orilla del Pacífico, a 100 kilómetros de Santiago de Chile. Ahora, los primeros exámenes radiológicos y de tejidos orgánicos entregados al juez Mar...