Madrid, 22 ene (EFE).- A sus 82 años, el escritor
chileno Jorge Edwards, actual embajador de Chile en Francia, ha puesto
el espejo retrovisor para escribir sus memorias y para ello ha recordado
su infancia burguesa, su juventud, el inicio en la literatura o su
experiencia como víctima de abuso sexual por parte de un sacerdote.
Todo un mundo literario de forma y fondo reunido en "Los círculos
morados", el volumen que acaba de editar en español Lumen, el primer
tomo de los tres de que consta todo el proyecto memorialístico del
premio Cervantes, quien asegura a Efe que la literatura le ha ahorrado
el psiquiatra.
"Es una mirada al pasado pero sin rencor, porque yo no soy un tipo
rencoroso, ni siquiera en este capítulo que todos han destacado -se
refiere el escritor a las páginas donde cuenta cómo un sacerdote de un
colegio religioso de prestigio, el padre Cádiz, abusó sexualmente de él
cuando tenía once años- y que lo cuento porque tengo derecho a contarlo,
aunque sea brevemente y sin explotarlo", subraya Edwards.
"Los círculos morados", un título que evoca las manchas de vino sobre
el mantel en muchas noches de bohemia, cuando el escritor chileno vivía
mas de noche que de día en los años cuarenta y coqueteaba con el
surrealismo de Vicente Huidobro o descubría a Kafka con Alejandro
Jodorowsky y conocía a Pablo Neruda, alguien fundamental y que tendrá
más peso en el segundo volumen, según explica el autor.
"El segundo tomo será más difícil -reconoce-, porque aparecen ya
muchos nombres de esa etapa de mi vida, cuando conocía a Vargas Llosa o
Julio Cortázar, mi amistad con Neruda o con escritores franceses o
españoles, como Jaime Gil de Biedma, o editores como Carlos Barral".
"Y para este segundo tomo -añade- tengo que volver a releer muchas
obras y volver sobre muchos hechos para los que tengo que tener tiempo, y
eso ahora no lo tengo. Estoy escribiendo una novela y, cuando acabe, me
pondré de lleno con el segundo tomo. Hoy quito tiempo a la noche o la
madrugada, antes de ir a la oficina, pero ya me queda poco, porque creo
que en menos dos años dejo la Embajada".
"Los círculos morados" es una historia generacional, un libro de
formación, de cómo se forja un adolescente. "Es una especie de retrato
del artista adolescente, como el de Joyce, a quien leí muchísimo cuando
estaba en los jesuitas", precisa el autor.
El libro es pura literatura, un ejercicio literario construido con la
propia materia del autor. Una mirada hacia el interior de Edwards
basada en la verdad y en cómo en todo texto literario se cuela la
ficción.
"La ficción es un mecanismo de la memoria, porque la memoria no
reproduce las cosas sino que las selecciona, escoge y organiza. El arte
de la memoria es el arte de la invención. Existe una memoria inventiva",
recalca.
Una perspectiva muy larga sobre el pasado en el que Edwards dibuja, como con un tiralíneas, un mundo que hoy ya no existe.
En opinión del autor, "todo ha cambiado mucho, la vida, la ciudad, la
sociedad y yo. Lo que intento es recuperar las cosas desaparecidas, las
costumbres o maneras de ser del Santiago de mi infancia y de mi
juventud, que, por cierto, estaba lleno de personajes excéntricos, de
personas locas".
"Recuerdo -explica Edwards- que Neruda me decía: 'Qué pena que estos
personajes hayan desaparecido. Habría que haberlos mantenido en formol',
y es verdad. Hoy ya no hay tiempo para perder en ver y observar a estos
personajes".
Recuerdos y añoranzas que pasan por estas páginas, aunque el autor de
"Persona non grata" o "La casa de Dostoievsky" recalca, con énfasis,
que él no es una persona nostálgica. "Sufro de optimismo, soy una
persona que mira hacia adelante", concluye.
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