Uno de los fundadores de Yahoo! crea una web para rastrear las referencias culturales ocultas en las novela.
Valla Vakilli había planeado sus vacaciones. Viajaría desde Los Ángeles a Madrid y París. Durante el largo vuelo, leería Keops total, el libro de Jean Claude Izzo que inicia su celebrada trilogía marsellesa. Vakilli, que había sido uno de los impulsores de Yahoo!, quedó tan fascinado por el libro que decidió obviar París y dirigirse a la ciudad costera. Allí, no solo siguió los pasos del protagonista del libro, sino que también decidió hacerse con los discos de los músicos de jazz que se nombraban en la novela, e incluso cambió su whisky de consumo habitual por el ingerido por el protagonista en el relato. Volvió a casa con un nuevo escritor favorito, un montón de experiencias portuarias, nuevos hábitos y, sobre todo, la idea de un nuevo negocio escondida entre páginas marcadas de una traducción al inglés de Izzo. "A cada persona con la que me cruzaba le enseñaba mi edición del libro. Les decía: 'Mirad, un libro puede llevarnos a cualquier sitio. Todo lo que tenemos que hacer es coger todos estos detalles y conectarlos con las realidades a las que pertenecen", comenta Vakilli, fundador de Small Demons, experiencia online que compila todas las referencias a objetos, personas, canciones, películas o restaurantes reales de los libros. "Una vez rompí el lomo de mi edición de Keops total de tanto enseñarla, decidí convertir mi concepto en algo gráfico. Y eso en una web que incluía la colección de referencias del libro". Ahí nació el proyecto, financiado con 1,5 millones de dólares (1,1 millones de euros) de inversión por parte de los socios y otros 750.000 cortesía de un business angel.El resultado de la extracción de la realidad de la obra de ficción puede visualizarse, ya sea a través de una referencia social, geográfica o cultural -en qué novelas, por ejemplo, suena El Danubio azul-, o indexando todas las referencias incluidas en la biografía de Steve Jobs. "Las referencias de los primeros 100 libros las extrajimos de manera manual. Escogimos libros con gran cantidad de referencias en sus páginas y también muchas novelas negras, no solo porque normalmente en ella salen muchas canciones y bares, sino porque a nuestro jefe le gustan", recuerda Richard Nash, vicepresidente y jefe de contenidos de la compañía. "Una vez supimos exactamente qué buscábamos en los libros, incorporamos una serie de herramientas tecnológicas con el fin de facilitar la catalogación. Para corregir los errores que el sistema aún produce, contamos con una comunidad de editores".
En un principio, podría parecer que Small Demons no hace nada que no estén haciendo la infinidad de rutas literarias que pueblan la oferta de turismo cultural actual. También cabría la posibilidad de ver el proyecto simplemente como un juego referencial al que solo se apuntarán obsesos del namedroping y lectores de Nick Hornby apasionados de las listas. Pero la intención de los creadores de la página va mucho más allá: quieren mostrar el camino hacia una nueva forma de presentación de los productos culturales, radicalmente distinta a la publicidad o la crítica. "Nos dirigimos a los consumidores más ávidos, a la gente que busca nuevos discos, nuevos libros o nuevas películas. Más adelante, esperamos también seducir al consumidor más ocasional, aquel que ha dejado de creer en las vías tradicionales hasta hoy utilizadas para descubrir qué hay de nuevo", afirma Nash.
Cree, no solo en la validez del relato que Small Demons extrae del libro como arma para despertar el interés del lector potencial, sino también como un fin en sí mismo, una forma alternativa y gratificante de alargar la experiencia de aquella novela que devoraste.
El País
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