Madrid, 18 jun (EFE).- Tres años después de la muerte
de José Saramago, su viuda, Pilar del Río, sabe que la obra del gran
escritor portugués "está en buenas manos", porque de cuidarla se
encargan los lectores y las editoriales. "Cada día hay más interés por
su obra y más demanda para hacer teatro, películas y ópera".
"Saramago nunca fue un 'bestseller' comercial pero sí un 'bestseller'
literario, porque los lectores, cuando lo leen, se sienten respetados",
decía hoy Pilar del Río en una entrevista con Efe, la víspera del
aniversario del fallecimiento del novelista, al que mañana recordarán en
la biblioteca de la casa que ambos compartieron durante años en
Lanzarote, que será abierta al público.
A las once de la mañana, hora de la muerte de Saramago, "hombre de
una sola palabra, de una sola pieza", como lo ha definido en más de una
ocasión Del Río, el violonchelista Damián Martínez Marco interpretará la
suite 6 de Bach, composición que menciona el escritor en su novela "Las
intermitencias de la muerte".
En estos tres años, Pilar del Río se ha preocupado sobre todo de
mantener viva la faceta de "de hombre moral, de intelectual con voz
desasosegante" que Saramago desarrolló a lo largo de su vida, y para eso
cuenta con la fundación que lleva el nombre del escritor y cuya sede
está en Lisboa.
"La fundación nació para desasosegar, y no somos neutros.
Intervenimos en todos los debates, propiciando situaciones de cultura
porque la cultura desasosiega", algo muy necesario en estos tiempos de
"bloqueo", como ella prefiere llamar a la crisis que afecta a buena
parte del mundo.
"Me niego a llamarlo crisis, porque nos están bloqueando
económicamente, democráticamente, judicialmente y culturalmente",
asegura la presidenta de la Fundación José Saramago, que se financia con
los derechos de autor del escritor.
El espíritu de Saramago también está muy vivo en la casa-museo de
Lanzarote. "Cuando la gente entra en la biblioteca, entiende por qué
Saramago era como era": "Un hombre valiente, libre; un pensador que fue
capaz de anticipar muchas de las cosas que están pasando en el mundo",
asegura Pilar del Río.
Y las anticipó no solo en sus numerosas intervenciones públicas, sino
en obras como "Ensayo sobre la ceguera", "Ensayo sobre la lucidez" o
"La caverna", tres libros que "definen este tiempo y que, de alguna
manera, proponen soluciones", señala Del Río, periodista y traductora de
la obra de Saramago.
"Lo que viene a decir Saramago es que las soluciones no las trae
ningún dios, no vienen de arriba. Es lo que nosotros decidamos hacer
levantándonos del suelo, de acuerdo con ese otro libro que José escribió
al principio, 'Levantados del suelo'", comenta Del Río, convencida de
que la actuación de los ciudadanos "es fundamental" para salir de la
crisis.
La presidenta de la Fundación José Saramago no puede "anticipar lo
que pasará en el futuro" con la obra del escritor, pero sabe "lo que
pasa en el presente, y es que "se sigue leyendo y cada día hay más
interés por ella".
Como ejemplo de ese interés, menciona la película que el canadiense
Denis Villeneuve dirige sobre "El hombre duplicado" o la que prepara el
portugués Miguel Gonçalves Mendes sobre "El Evangelio según Jesucristo".
Y alude también al espectáculo teatral basado en la novela "El viaje
del elefante", que a lo largo de varios meses recorrerá Portugal y
viajará también a Madrid y Viena, para recrear el fascinante viaje de
Salomón.
El tercer aniversario de la muerte del escritor coincide con la
publicación del libro "José y Pilar", que recoge las conversaciones que
Miguel Gonçalves Mendes mantuvo con el novelista y su mujer durante los
cuatro años que tardó en rodar la película del mismo nombre, estrenada
en 2011.
Editado en España por Alfaguara, el libro muestra el lado más
personal del escritor, sus constantes viajes por el mundo y su relación
con Pilar, que fue, según la define ella, "espléndida: libre, clara,
asumida, vivida de forma no convencional".
Este libro "enseña a un Saramago en zapatillas, y eso es hermoso", asegura la presidenta de la Fundación.
"José y Pilar" contiene horas de conversaciones y es una excelente
ocasión para conocer lo que pensaba el escritor sobre la política, el
trabajo, el amor, la literatura y la muerte. Y para descubrir a la mujer
que compartió 24 años de vida con él.
Por Ana Mendoza.
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