Nueva York, 16 may (EFE).- Desde que "El código Da
Vinci" se convirtió en la novela más vendida de la historia, Dan Brown
también tiene sus propios códigos. Religión y arte se vuelven a ver las
caras bajo la audaz mirada de Robert Langdon en "Inferno", pero el autor
reivindica la compatibilidad entre complejidad y best-seller.
"No hay nada más difícil que escribir un libro fácil de leer",
asegura Brown en una entrevista con Efe. "Por el contrario, es muy fácil
escribir un libro difícil de leer. El truco para que las páginas vuelen
tiene mucho que ver con enseñar algo nuevo en cada página", añade.
Brown, experto en tejer tramas que no dejan respiro al lector,
escudriña esta vez la matemática y complejísima estructura de la obra
magna de Dante Alighieri, "La divina comedia", y toma de su primera
parte (reservándose "El purgatorio" y "El paraíso") la inspir
ación para
pasear y reinterpretar las calles de Florencia, donde despierta amnésico
su personaje fetiche: el catedrático de Simbología de la universidad de
Harvard, Robert Langdon.
Intrigas de poder que unen las corrupciones del siglo XIV con las del
XXI surgen de este "Inferno" que llegó ayer a las librerías de Estados
Unidos, y mañana a las de Latinoamérica y España, donde se publica con
Planeta.
Brown leyó a Dante en la adolescencia, pero no fue hasta hace poco
cuando entendió la influencia definitiva que había tenido para la
modernidad ese paseo de Virgilio por los nueve círculos que conducen al
reino de Satanás.
Fue entonces cuando decidió investigar qué podría encontrar allí su
alter ego Langdon, al ver tan claramente reunidos todos los elementos de
su mágica ecuación: arte, religión y conspiración.
"El arte imita a la vida y la vida imita al arte. El arte funciona
como un reflejo de lo que realmente estamos pensando y, en muchos casos,
la religión funciona de la misma manera. Es un reflejo de preguntas
para los que seguimos clamando respuestas", reflexiona Brown.
Las respuestas a esas preguntas son la especialidad de Langdon, que vuelve a las andadas por cuarta vez en este libro.
Después de convencer con su análisis de "La última cena" de Leonardo
Da Vinci a la cifra récord de 81 millones de lectores, de debutar en
"Ángeles y demonios" y mantener el nivel en "El símbolo perdido", llega
todavía más audaz a esta mefistofélica trama.
"Me encanta este personaje, cada vez tiene más inteligencia y mejor
entendimiento del mundo que le rodea. Además, creo que a los lectores
les gusta volver a encontrarse con personajes que ya conocen. No tengo
miedo a encasillarme", explica Brown.
Convertido en millonario (con su éxito presente editó obras del
pasado como "La fortaleza digital" y "La conspiración"), no tiene a la
crítica de su parte, pero tampoco le preocupa. "Escribo el libro que me
gustaría leer. Solo espero que el lector tenga mi mismo gusto", dice
entre risas.
Y, tras la rentabilidad comercial de las adaptaciones
cinematográficas de "El código Da Vinci" y "Ángeles y Demonios",
dirigidas por Ron Howard y protagonizadas por Tom Hanks, espera ya que
"Inferno" se traduzca en la tercera película basada en su obra.
"Estoy seguro de que habrá una película de 'Inferno'. Estos libros
son muy cinematográficos y en ellos suceden muchas cosas que se
desarrollan en escenarios espectaculares que funcionan muy bien en el
cine", asegura.
Él, por el momento, ya tiene aura de estrella de Hollywood. Para la
promoción de "Inferno" concede las entrevistas sin entrar en contacto
con el periodista, sino enviándole las respuestas a sus preguntas en un
vídeo a través de internet. Tampoco facilita el libro a los medios de
comunicación.
Eso sí, le encanta hablar ese español que aprendió en Sevilla, cuando
todavía no era un célebre escritor e intentaba triunfar en el mundo de
la música.
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