Madrid, 27 may (EFE).- "Mi vida es como una galería de
arte/con pasillos estrechos por los que los espectadores pueden
caminar". Este verso pertenece a uno de los poemas de Dorothy Parker, la
maestra cáustica del relato, los reportajes o la crítica literaria, que
han sido reunidos en un libro por vez primera en español.
Unos poemas "perdidos" que la editorial Nórdica, que está recuperando
la obra de esta escritora moderna, irónica, mordaz y libertaria que
supo recoger como nadie el espíritu neoyorquino de los años veinte del
pasado siglo en Nueva York, ha publicado en un libro con la introducción
de Stuart Y. Silverstein y traducción de Guillermo López Gallego y
Cecilia Ross.
En los primeros años de su carrera, Dorothy Parker (West End, New
Jersey, 1893 - Nueva York, 1967) escribió más de trescientos poemas para
periódicos y revistas como Vogue, Vanity Fair o The New Yorker, pero
fue en 1996 cuando Stuart Y. Silverstein recopiló estos 122 poemas
"perdidos" que pueden verse ahora en esta edición.
No obstante, este volumen que sale ahora en castellano está basado en
la segunda edición del libro en Estados Unidos, de 2009, matiza a Efe
Diego Moreno, director de Nórdicas.
En edición bilingüe, el libro es un paseo de la mano de Parker por la
vida y las relaciones de la autora en todas sus dimensiones, y no está
escrito desde de la metafísica, la revelación o la trascendencia, sino
con la ironía, la exageración o la aparente frivolidad en la que se
resguarda el dolor y la fragilidad.
Y todo ello en medio de la sociedad de los años veinte, en un Nueva York loco y divertido que precedió a la Gran Depresión.
Unos poemas cuya materia prima suele ser la propia Dorothy Parker,
una poesía "flapper" (aleteante, ligera). "La poesía de Miss Parker no
es poesía de sociedad en el sentido antiguo; es poesía flapper" y como
tal es sana, atractiva, sin corsé y no desprovista de gracia", decía The
New York Times.
Una cita que recoge Stuart en la extensa introducción del libro, que
constituye toda una biografía de la autora de "Una rubia imponente",
quien no creía que su obra poética estuviera preparada para ser
encerrada en un volumen, sino para que fuera publicada en prensa como en
The New Yorker, Vogue o Vanity Fair, lo que, en opinión de Diego
Moreno, "da un aire periodístico a estos versos".
Aunque ella sí aceptó editar un libro después y ya en 1926 se publico
el primero, "Enough Rope" (Cuerda suficiente), con gran éxito y en los
años siguientes varias colecciones de poemas, "Sunset Gun" (Cañonazos de
retreta) en 1928 y "Death and Taxes" (La muerte y los impuestos) en
1931. Y posteriormente una selección que ella misma hizo en "Not so deep
as well" (No tan profundo como un pozo).
Una poesía en la que se proyectaba como mujer. "Una mujer moderna
marcada y cáustica, austera, sin adornos, que se abría paso en un mundo
nuevo y crudamente moderno, experimentada en el sexo, pero cínica en el
amor, desafiando al público en general con una ocurrencia y una
expresión de desdén...o un suspiro privado.
Dorothy Parker no solía tener más confianza en sus habilidades
artísticas que cuando escribía sobre Dorothy Parker", escribe Stuart Y.
Silverstein.
Dorothy Parker, que en realidad se llamaba Dorothy Rothschild, pero
tomó el apellido de su primer esposo, Edwin Pond Parker, con quien se
casó en 1917, era hija de una familia de clase media, no perteneció a la
rama rica de los Rothschild, y fue una mujer inteligente, lúcida y
moderna, una avanzada de su tiempo, feminista y de izquierdas.
Amantes -entre ellos F. Scott Fitzgerald-, amores frustrados, varios
intentos de suicidio y mucho alcohol rodearon su vida, en la que también
hubo mucho compromiso. Durante la guerra civil española viajó a España y
apoyó a la República. Escribió varios reportajes sobre el tema.
Estuvo en la lista negra de Hollywood durante la famosa caza de
brujas y murió en 1967 de un ataque al corazón. Tenía 73 años, su muerte
fue portada en The New York Times.
Y, "dado que nadie reclamó sus cenizas, estuvieron más de veinte años
en el archivo de su abogado", recalca Silvertein. Hoy sus restos
reposan en la Asociación Nacional para el Desarrollo de las Personas de
Raza Negra (NAACP) entidad a quien Parker nombró heredera.
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