Las Palmas de Gran Canaria, 31 may (EFE).- El escritor Lorenzo Silva, Premio Planeta
2012, cree que en los últimos años se ha producido una
descentralización de la novela negra, que antes se aglutinaba casi
exclusivamente en Cataluña, con alguna excepción en Madrid, y ahora se
ha extendido a otras comunidades autónomas.
Este fenómeno ha generado mayor diversidad y riqueza del género, con
representantes de todas las regiones, ha dicho Silva durante una rueda
de prensa con motivo de la Feria del Libro de Las Palmas de Gran
Canaria.
En su caso, Silva escribe novela negra tratando de indagar en "las
entretelas de las personas y de la sociedad", con la intención de
descubrir quiénes son las personas más allá de las apariencias.
El escritor madrileño, autor de la saga de novela policíaca
Bevilacqua y Chamorro, ha expresado que en su obra por la que ganó el
Premio Planeta 2012, "La marca del meridiano", quiso reflejar las
consecuencias personales que conlleva trasgredir la propia conciencia.
A su juicio, en ocasiones se puede vulnerar la ley o un código sin
que la persona resulte afectada, pero "uno nunca traiciona su conciencia
impunemente" y debe "seguir viviendo con su cicatriz".
Considera que este aspecto de su obra, "más psicológico y más
individual", ha pasado desapercibido para muchas personas aunque para él
es importante.
La novela ofrece también una mirada sobre el conflicto territorial
español, desde la perspectiva de que "España está a medio hacer", algo
que no sucede en otros países, donde la identidad nacional está
claramente definida.
Su visión sobre la cuestión no se ciñe exclusivamente a Cataluña y a
sus planteamientos nacionalistas, ya que cuando escribió la novela
todavía no había comenzado el fenómeno secesionista de esa comunidad
autónoma.
Silva, quien dice escribir tanto por necesidad personal como con la
intención de aportar algo con valor a la sociedad, ha lamentado la
crisis actual que vive el sector literario como consecuencia de la
piratería de los libros.
El escritor ha llamado la atención sobre la imposibilidad de que los
autores continúen creando si el derecho sobre sus obras no se respeta,
ya que no es posible vivir de una actividad sin remuneración económica.
A su juicio, la solución no es criminalizar a la población, sino
concienciarla de la necesidad de pagar por un producto que, al igual que
otros, debe ser adquirido de forma legal.
Sostiene que los libros digitales suponen un reto en muchos sentidos y
exigen que la industria se adapte, pues su producción y
comercialización son mucho más baratas, por lo que, en opinión de Silva,
su precio debe ser muy inferior.
El precio reducido para los libros digitales puede contribuir a que
los lectores estén dispuestos a pagar por ellos, según el autor, quien
comercializa sus obras en ese formato a precios muy reducidos, según ha
indicado hoy.
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