Título original: Souvenirs dormants
Autor: Patrick Modiano
Traduccion: Maria Teresa Gallego Urrutia
Editorial: Anagrama
Año de publicación:2017
Año de edición :2018
Número de página:112
Genero: Ficción, Novela, Cultura, Contemporáneo
“En cada página me decía: si pudiéramos volver a vivir, a las mismas horas, en los mismos sitios y en las mismas circunstancias lo que ya habíamos vivido, pero vivirlo mucho mejor que la primera vez, sin las equivocaciones, los tropiezos y los tiempos muertos..., sería como pasar a limpio un manuscrito lleno de tachaduras... ”
Que más es la vida misma, sino un cúmulo de recuerdos que se van construyendo a lo largo del existir, y la vida del protagonista, no es más que la vida misma de esa construcción pintada de recuerdos y olvidos, de equivocaciones que a posteriores olvida con el fin de hilvanar sus errores de olvido, y de los cuales culpa a la fuga “En esta época de mi vida y desde la edad de once años desempeñaron un papel importante las fugas. Fuga de los internados, fuga de París en un tren nocturno el día en que tenía que presentarme en el cuartel de Reuilly para el servicio militar, citas a las que no acudía o frases rituales para escurrir el bulto: «Un momento, que voy por cigarrillos...», y esa promesa que tuve que hacer cientos y cientos de veces sin cumplirla nunca: «Vuelvo enseguida.” “Ahora siento remordimientos. Aunque no se me dé muy bien la introspección, me gustaría entender por qué la fuga era, como quien dice, mi forma de vida. Y me duró bastante tiempo, diría que hasta los veintidós años.”, y a la vez la extensión de los hombres que dejaron de existir, pero que el es una copia de esos recuerdos, que la vida le dio a vivir. Por eso que en brebaje de la vida, va construyendo a través de seis mujeres la experiencia, y más luego a discurrir el tiempo, comienza a pasar revista de esas experiencias, de esa vida parisina que le es muy diferente a la actual.
La lectura de esta novela del Premio Nobel de Literatura, Patrick Modonio, es una sensación de déjà vu, esa sensación de haber pasado con anterioridad por una situación que se esta produciendo por primera vez, que cada vez que circundamos las mismas rutas, redescubrimos ciertos personajes, y nos preguntamos, donde diablo, había yo visto esto, viajamos por los mismos lugares habitados por recuerdos similares. Este personaje da la sensación, de que esta en solitario al cual las imágenes le van pasando, algo parecido al personaje del libro El idioma de los recuerdos del escritor Antonio Gómez Rufo, Vicente, alojado en su habitación, en una pared blanca los recuerdos se le van dibujando como pensamientos que duelen. En la París de los años sesenta se le cruzan en su caminos seis mujeres, de las cuales ira en pos de su construcción. “Intento ordenar los recuerdos. Cada uno es la pieza de un puzzle pero faltan muchos, así que la mayoría se quedan aislados. A veces, consigo juntar tres o cuatro, pero no más. Entonces anoto retazos que vuelven en desorden, listas de nombres o de frases muy breves. Deseo que esos nombres, como si fueran imanes, tiren de otros hasta la superficie y
que esos fragmentos de frase acaben por formar párrafos y capítulos que se vayan encadenando. Mientras tanto, paso los días en uno de esos cobertizos grandes, que se parecen a los garajes de antes, persiguiendo a personas y objetos perdidos.” “Sí, mucha... Pero también tengo memoria para detalles de mi vida, para personas que me he esforzado en olvidar”
Es un texto corto, donde el autor nos toma de las manos, y nosotros sin temor le seguimos por las calles parisinas. Mientras recorre las calles de París, el autor retrocede en el tiempo y atraviesa los callejones de su pasado. Hay encuentros y desapariciones en esta novela. Hay miedos y filtraciones pero también enfrentamientos. Un autor que le importa poco la cronología, más bien tiene una memoria para dar los lugares visitados. Y como bien se ve en el texto, no hay puntos suspensivos, pero queda al pendiente en todas las cuestiones latentes y a las que el lector nunca tendrá respuestas. Un libro magnifico que te lleva por la inquietante meditación sobre la repetición, los eternos retornos en la vida y la escritura, como bien lo dice el personaje “Por cierto, la noche en que coincidimos por primera vez en la librería de ciencias ocultas de la calle de Geoffroy-Saint-Hilaire había comprado un libro cuyo título me había llamado la atención: El eterno retorno de lo mismo.”
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