Suman más de 65.000 volúmenes, 26.000 folletos y carteles, 3.000 películas africanas, 20.000 piezas audiovisuales, miles de manuscritos y hasta archivos sonoros... Gran parte de la colección de la Biblioteca Jagger, en el corazón de la universidad sudafricana de Ciudad del Cabo (UCT), ha quedado reducida a cenizas y otra gran selección, dañada y en riesgo, a causa de un incendio forestal ocurrido este fin de semana en Table Mountain, los montes del parque nacional homónimo.
Académicos e historiadores del continente africano están de luto, pues se pierde, como lamentó la directora ejecutiva de la Biblioteca, Ujala Satgoor, una “colección africana única en el mundo”. Aunque prefiere ser cauta y esperar a ver qué material puede ser rescatado, reconoce en una entrevista a Reuters que la pérdida es “devastadora”: “Siento una profunda tristeza porque algunas cosas son insustituibles”. Entre los escombros, manuscritos y mapas, pósteres históricos, investigaciones contra el apartheid, tesis doctorales y hasta acuarelas de la flora y fauna desde 1881, pintadas por población indígena son hoy cenizas.
Nombuso Shabalala, miembro del equipo de la UCT, tampoco se atreve a hacer un cálculo del daño y de las piezas que no podrán ser recuperadas. Pero recuerda el fuerte viento que avivó el fuego y cómo al menos cuatro salas del centro educativo se llenaban de llamaradas. “Es una pena que la más afectada sea la que guardaba ese tesoro tan especial”, zanja por correo electrónico. Asimismo, asegura que tanto las autoridades locales como de la universidad se reunieron ayer para estudiar las pérdidas y pensar un plan de reconstrucción.
Mamokgethi Phakeng, la vicerrectora, ha intentado ser positiva, en los comunicados publicados en la página oficial de la UCT: “No podemos reemplazar los tesoros que hemos perdido, pero sí podemos crear nuevos. Cada uno de nosotros puede darle un nuevo sentido al propósito de esta enorme tragedia”. En las redes sociales, cientos de personas muestran su apoyo con la etiqueta #UCTWillRiseAgain (la UCT se alzará de nuevo).
Todo comenzó con un incendio forestal –que las autoridades consideran que fue provocado– este domingo en la montaña de la Mesa (Table Mountain), la cumbre que domina sobre Ciudad del Cabo, en el extremo sur de Sudáfrica y poco a poco fue ganando terreno entre la ciudad, según informaron fuentes oficiales del emblemático Parque Natural. Las llamas sacudieron parcialmente el restaurante aledaño y alcanzó varios edificios de la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT), fundada en 1829.
En particular, la Biblioteca Jagger, que custodiaba más de 1.300 colecciones y cerca de 85.000 libros sobre la historia de África; obras inéditas, manuscritos sin apenas copias y libros sobre la independencia de varios países del continente. “Hemos perdido una herencia incalculable”. Así lo lamentó ayer Somadoda Fikeni, historiador y politólogo, en una entrevista para Newzroom Afrika. “El fuego ha minado el esfuerzo de África por documentar su historia”. Satgoor advierte en el mismo medio que al extinguir el fuego con toneladas de agua, los dos pisos del sótano, en los que se guardan también innumerables obras, “están en peligro”.
Sin mención aún a las pérdidas por el incendio (de las que no hay aún recuento), en la página web de la Biblioteca se lee sobre las últimas publicaciones y novedades. Una de ellas, una guía para seguir la Colección Especial de manuscritos, que cuenta “con material de investigación original relacionado con la historia política, social, cultural y económica de África del Sur”. Tratan estos archivos, señala, una amplia gama de temas (arte, música, educación, literatura y lenguaje, botánica, política y arquitectura) e incluyen registros multiformato. Entre ellos hay “documentos privados de personalidades, que representan un registro importante de la historia social del sur de África, y otros de comunidades no representadas habitualmente en archivos”. Además de, enumeran, material corporativo de ONG, empresas o instituciones; trabajos personales y de investigación de los académicos de la UCT; colecciones de destacados arquitectos sudafricanos; libros de registro de comunidades étnicas y religiosas; partituras manuscritas de compositores sudafricanos; registros de sindicatos; archivos sonoros con la historia oral de Sudáfrica y otros materiales de movimientos sociales, históricos o culturales.
“Por razones de seguridad, el campus permanecerá cerrado y no se permitirá el acceso a nadie, excepto a los servicios de emergencia”, informó este martes vía Twitter la UCT, que añadió que los 4.000 estudiantes evacuados el domingo disponen de alimento y la mayoría han sido realojados en hoteles.
Las redes sociales han sido la principal fuente de comunicación entre autoridades y otros perjudicados. Muchos de los vecinos y académicos lamentan que este incendio no tenga la misma repercusión que tuvo a mediados de abril de 2019 el fuego en la catedral de Notre Dame, en París. “¿Recuerdan la tristeza cuando Notre Dame se incendió? Estas cosas suceden y se ignoran porque sucede en países que no son de blancos ni europeos”, dicta un tuit. El periodista John Simpson critica en otro: “Imaginen la repercusión de una noticia así si hubiera ocurrido en California”.
A pesar de la escasa repercusión mediática, un grupo de académicos ha empezado ya una campaña entre expertos y catedráticos internacionales que han participado en la colección completa o la han usado en sus estudios e investigaciones para recuperar cualquier fotocopia o fotografía del material que custodiaba la biblioteca que pudieran tener en sus manos.
El incendio, que provocó quemaduras a cinco bomberos durante la extinción, no ha dejado ningún fallecido, según ha informado el Ayuntamiento de Ciudad del Cabo. El alcalde, Dan Plato, ha descrito el fuego y la destrucción, hasta ahora, de 400 hectáreas de vegetación en el parque nacional de Table Mountain, como uno de los más grandes y devastadores de la historia reciente de la ciudad. En su extinción trabajaron más de 250 bomberos desde el domingo.
“Seguimos vigilando (la situación) porque hay posibilidades de que se produzcan nuevos brotes. Esto no significa que el incendio haya terminado”, declaró este martes al portal informativo News24 la bombero Arlene Wehr, responsable del servicio de operaciones de rescate en Ciudad del Cabo. Según autoridades locales, residentes del suburbio de Vredehoek fueron evacuados de madrugada como medida de “precaución” después de que las llamas se extendieran hacia esta zona residencial desde el Pico del Diablo, cima característica de la Montaña de la Mesa.
El gerente de incendios del Parque, Philip Prins, señaló que el fuego podría haber sido provocado. Un treintañero fue detenido el domingo por la noche en relación con el suceso, informó el responsable de Seguridad del Ayuntamiento de Ciudad del Cabo, Jean-Pierre Smith, quien reiteró que todavía se está investigando. Según sus declaraciones a la emisora de radio local Cape Talk, el hombre -que fue detenido cerca del lugar de los hechos- habría confesado ante los agentes ser autor del fuego. “Esto será parte ahora de una investigación criminal y, de ser declarado culpable, habrá consecuencias sustanciales para él”, agregó el funcionario, quien animó a hablar a los posibles testigos.
Fuente: elpais.com
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