La caza como medio de obtención de alimento fue
un paso decisivo en la historia de la humanidad y marcó el progreso de
nuestra civilización. Burkert, a partir de este hecho y de todo lo que
conlleva -la agresión y la violencia, centrales aún en nuestro presente-
la estudia en su paso a lo sagrado y en la conducta religiosa.
Analizar
sus raíces y su desarrollo es el propósito del presente libro, centrado
en el mundo griego, puesto que, como él mismo afirma, «la religión de
la antigua Grecia ocupa una posición única: entre las formas religiosas
más antiguas es la más comprensible y la que se puede conocer desde más
ángulos, pues no ha llegado a desaparecer del todo, sino que pervive en
fenómenos de diversa índole, desde la superstición y el acervo literario
hasta la liturgia y la teología cristianas».
Wendy Flaherty, Universidad de Chicago
«Este libro es un clásico [...] totalmente imprescindible para cualquier interesado de verdad en la religión griega».
Albert Henrichs, Universidad de Harvard
«La audacia teórica y la erudición se aúnan en Walter Burkert como en muy pocas personas».
Robert Parker, The Times Literay Supplement
INTRODUCCIÓN
No
son tanto los límites de la ciencia cuanto la superabundancia de
materia de estudio lo que hace del intento de explicar la conducta
religiosa del ser humano una empresa prácticamente condenada al fracaso.
En efecto, los datos e interpretaciones disponibles exceden con mucho a
lo que puede abarcar y asimilar una sola persona a lo largo de su vida.
Tal vez dentro de poco los programas suprapersonales vengan a poner
orden y cauce a semejante raudal de información; sin embargo, mientras
el individuo conserve la autonomía intelectual y tenga que orientarse en
su mundo, no sólo podrá, sino que además deberá aventurarse a esbozar
un modelo de su situación y a reducir el magma caótico de los datos para
darle una forma comprensible.
Cuando un filólogo
intenta formular explicaciones biológicas, psicológicas y sociológicas
de los fenómenos religiosos basándose en textos griegos antiguos, corre
el riesgo de nadar entre dos aguas: por un lado, se considera que la
filología se extravía cuando no se ciñe escrupulosamente al análisis de
los textos; por otro, la psicología y la sociología son reacias a
lastrar el análisis del presente con una perspectiva histórica que se
remonte a la Antigüedad y más atrás aún. Además, es de temer que el
método filológico omita conocimientos esenciales de la biología, la
psicología y la etnología, o que soslaye hallazgos arqueológicos
relevantes, y quizá nada suscite tantos recelos como que alguien se
ocupe de la tradición del antiguo Oriente sin ser especialista en la
materia. No obstante, de nada sirve cercar las materias con las
fronteras que delimitan las disciplinas.
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