"El enemigo está en nosotros mismos", "nuestra democracia enferma de desmesura", proclama Todorov, residente en Francia, que vendrá a España a mediados de mayo para presentar esta edición de Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
El mesianismo, el ultraliberalismo, y el populismo y la xenofobia, son, según sus argumentos, las tres tendencias más perniciosas que enferman la democracia occidental.
"Una democracia donde la economía, el Estado y el derecho dejan de ser los medios para el desarrollo de todos y forman parte de un proceso de deshumanización", denuncia.
En la línea de "El miedo a los bárbaros", su nuevo libro trata sobre estas amenazas acechantes, atento al "gusano que quedó dentro de la manzana" más que a los peligros del terrorismo islamista, los extremismos religiosos o los regímenes dictatoriales.
Director desde 1987 del Centro de Investigación sobre las Artes y el Lenguaje del Centro Nacional de la Recherche Scientifique (CNRS), reconocido en España con el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2008, Todorov (Sofía, 1932) se muestra preocupado por los vendavales de la desmesura y la deshumanización.
Argumenta por qué razones no son legítimos los intentos mesiánicos de imponer por la fuerza la democracia en el mundo -que dieron lugar a la invasión de Irak al precio de 4.500 muertos estadounidenses y más de 450.000 iraquíes-, y ahonda en el error de esa idea de "guerra preventiva" que aparece en el discurso oficial de los países democráticos.
Continúa con un examen a los daños que entraña el ultraliberalismo por llevar al imperio de la economía sobre la política y el poder de los medios de comunicación, hasta el desmantelamiento del Estado del bienestar.
Y desarrolla cómo el populismo y la xenofobia son dañinos al provocar el miedo al extranjero y el aumento del nacionalismo excluyente.
Explorador de las trampas escondidas en las promesas de utopías y paraísos, hondo pensador sobre el gran problema del descubrimiento del 'otro', como historiador desarrolló desde los años noventa temas como la conquista de América, la Segunda Guerra Mundial, los universos totalitarios o el exilio.
En "Los enemigos íntimos de la democracia" saca a colación cómo en el mundo actual "la libertad pasa a ser tiranía", "el pueblo se transforma en masa manipulable" y "el deseo de defender el progreso se convierte en espíritu de cruzada".
Frente a ello, Todorov llama a la moderación y propone "resistir", poniendo en el horizonte una "primavera europea" que acabe con estas derivas.
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