Savater cuestiona en su obra algunas “supersticiones” actuales, como la de convertir la cultura en motor del turismo y la de considerar la gastronomía como una expresión cultural “superior y extraordinaria” y a los cocineros, como los “regidores” de ese mundo. Cuestionado por la capitalidad cultural de San Sebastián en 2016, el filósofo donostiarra señaló que “lo fundamental es que la cultura sea importante y se valore en todo momento y a todas horas, no solo en los festines culturales y, sobre todo, no solo cuando resulta rentable desde el punto de vista económico”. Asimismo, dijo echar en falta en el vídeo promocional de la candidatura a los “auténticos intelectuales que conozco, incómodos y no muy valorados en San Sebastián, como Fernando Aramburu”.
Tras reconocer que en la actualidad “cultura es todo, lo bueno y lo malo”, el intelectual vasco consideró, “sin dramatismos”, que se vive “una pérdida de categorías culturales, del equilibrio entre la importancia de las distintas expresiones culturales”.
Preguntado sobre la situación actual de la educación en España, con los recortes que el Gobierno planea en esta materia, Savater manifestó que “una buena educación siempre es cara y los países pagan aún más caro no tener una buena educación”, apuntó.
Savater también se mostró crítico con el momento que atraviesa la literatura ya que, en su opinión, se vive una época en la que “lo que se valora más son esas novelas que mezclan realidad y ficción. La gente parece que lee las novelas para completar su bachillerato”.
El País
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