El principio es tratar de orientar lo que ya es imparable: el
gobierno de Baviera editará a partir de 2015 dos nuevas versiones
comentadas de Mi lucha, la autobiografía del dictador nazi Adolf Hitler. El land
perderá en 2016 los derechos de autor sobre el panfleto
propagandístico, que fue un gran superventas en los años veinte y
treinta y convirtió a su autor en millonario antes de 1933, cuando
accedió a la Cancillería e instauró su dictadura nacionalsocialista.
Baviera tiene los derechos de la obra desde el final de la II Guerra
Mundial. Hasta ahora había impedido que se reimprimiera en Alemania.
Para cuando caduquen sus derechos sobre el libro, el ministro
regional de Hacienda Markus Söder propone las nuevas ediciones
comentadas como una manera de “desmitificar” la obra. Una de las
ediciones se dirigirá al público juvenil, mientras que la otra versión
se apoyará en textos de historiadores de alto nivel. Habrá ediciones en
inglés e incluso un audiolibro. Se trata de ofrecer una alternativa a la
distribución meramente comercial del libro propagandístico que el
sangriento dictador empezó a escribir en la cárcel de Landsberg, donde
lo encerraron tras su intentona golpista de 1923.
Pese a la prohibición dictada por Baviera, diversas ediciones piratas
se venden como rosquillas en Oriente Próximo. En Israel se edita tanto
en inglés como en hebreo. Desde que se generalizó el uso de Internet es
muy sencillo acceder a ediciones electrónicas del texto en su versión
original.
Se trata de un farragoso compendio de la ideología que vertebró el
régimen nazi entre 1933 y 1945, aderezada con estampas autobiográficas
del cabo de Infantería retirado y pintor fracasado Hitler. Cuando llegó
al poder en 1933, los alemanes empezaron a regalarse el libro unos a
otros en las bodas, confirmaciones o comuniones. Se vendieron más de
diez millones de ejemplares hasta 1944. Una vez perdida la guerra y con
Alemania arrasada y ocupada por el enemigo, Mi lucha perdió
mucho predicamento. Una sentencia de 1979 dictaminó que es legal la
venta y la posesión de la obra. Editarla no, porque es propiedad de
Baviera. El Estado libre obtuvo los derechos de autor porque Hitler
mantuvo oficialmente su residencia en el número 16 de la
Prinzregentenplatz de Munich hasta su suicidio en el búnker de la
Cancillería berlinesa en 1945.
Uno de los ejes principales de la obra es el antisemitismo, verdadera
piedra angular de la ideología nazi. Hitler escribe que los judíos
querían dominar el mundo y anuncia las leyes racistas que su régimen iba
a dictar años después. Mi lucha, escrita en los años veinte
del siglo pasado, contiene una justificación ideológica para el
asesinato sistemático de seis millones de judíos europeos que los
alemanes perpetrarían en los últimos años de la Guerra. Además de eso,
Hitler propone la “lucha de razas” como alternativa a la “lucha de
clases” descrita por el filósofo alemán Karl Marx. También ataca los
postulados políticos liberales, demócratas o federalistas, así como en
general las libertades civiles y la separación de poderes. También
defiende el militarismo y el rearme alemán y esboza la política exterior
agresiva que desembocaría en la devastadora II Guerra Mundial. Es un
programa político antagónico a la Ilustración y un verdadero muermo
estilístico. La primera edición española se publicó en 1935, un año
antes de la Guerra Civil.
El pasado enero, un editor inglés anunció la publicación de pasajes
del libro, pero un tribunal alemán le dio la razón a Baviera y prohibió
que saliera. Ahora, las autoridades quieren que las futuras ediciones
sirvan para “que se entienda la catástrofe mundial en la que desembocó
esta forma de pensar”.
El País
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