Ir al contenido principal

El templo de los libros, reducido a escombros en Gaza

 
Samir al Mansur, dueño de la librería Al Mansur, posa delante de los escombros a los que quedó reducida tras el bombardeo israelí - AFP

Hace apenas una semana, un bombardeo israelí destruyó la librería más importante y concurrida de Gaza.

Era el templo de los libros en la Franja de Gaza, el lugar donde los estudiantes podían encontrar un manual escolar, los más practicantes su Corán y los más literarios traducciones de Dostoievski en árabe. Pero el pasado martes la librería Al Mansur desapareció. Hacia las cinco de la mañana, Samir al Mansur, su propietario, estaba en su casa y miraba las cadenas de información árabe cuando se enteró de que el ejército israelí había lanzado un aviso de que iba a destruir el inmueble.

El librero y editor de Gaza -territorio palestino más conocido en el extranjero por sus guerras que por sus librerías y su literatura- se precipitó al lugar. Al llegar, Samir constató que el bombardeo israelí había reducido a escombros lo que él había tardado toda una vida en construir. Cuando tenía 14 años, a principios de los años 80, Samir había empezado a trabajar con su padre en la librería, cuya dirección luego asumiría, montando además una editorial en el año 2000.

«Cuarenta años de mi vida se han desmoronado en una fracción de segundo», dice a la agencia AFP, caminando entre bloques de cemento entremezclados con pedazos de papel y sillas de plástico aplastadas. Mientras los equipos de rescate buscan aún cuerpos o supervivientes entre los escombros de una guerra-relámpago entre Hamás e Israel que ha dejado más de 240 muertos entre los palestinos en apenas 11 días, Samir fuma, desolados. «Hay 100.000 libros bajo estas ruinas», dice, aludiendo a 'best seller' como el Corán, los manuales para aprender idiomas extranjeros, libros para niños o 'Los hermanos Karamazov', de Dostoievski.

Ataque contra la cultura

El ejército israelí afirma haber atacado durante su intensa campaña de bombardeos las infraestructuras y casas de comandantes del movimiento islamista. Pero Samir precisa: «Yo no tengo nada que ver con un grupo armado, con una facción política, se trata de un ataque contra la cultura. He pasado por dos Intifadas y tres guerras de Gaza (...) pero esto jamás había ocurrido, jamás la librería había sido destruida».

Su yerno, Montasser Saleh, que llegó a Gaza desde Noruega poco antes del inicio de la escalada, estaba con Samir cuando todo ocurrió. «Estábamos en casa. Mirábamos la televisión. En la cadena al-Jazeera Mubasher, dijeron que hubo un disparo de advertencia contra el edificio donde está la librería. Nos precipitamos a ir hacia ahí. Samir quería buscar papeles en el interior, su ordenador, pero tenía miedo de entrar, miedo de ser alcanzado por un misil. Nos quedamos en el exterior», relata.

«Con la destrucción de Al Mansur, Gaza pierde una de sus principales fuentes culturales», estima Mosab Abu Toha, poeta y fundador de la biblioteca Edward Said, creada tras la guerra de Gaza en 2014. «Al Mansur es más que una librería, es también una editorial que publicaba a autores de Gaza. Los manuscritos eran impresos en Egipto, algunos libros volvían a Gaza, pero otros se quedaban en Egipto y circulaban en el mundo árabe. Ello permitía levantar el bloqueo de Gaza a través de la literatura», dice el poeta.

En Gaza, la literatura sigue siendo un mercado minoritario. Las tiradas locales son de unos 1.000 ejemplares, y autores como Ghareeb Askalani o Yusri al-Ghul, entre otros, eran publicados por la editorial de Samir Mansur. Al Iqraa, otra librería de barrio frecuentada por miles de estudiantes universitarios, ha quedado reducida también a escombros en estos 11 días de bombardeos. Y un poco más lejos, la Makteba al-Nahda, más bien papelería que gran librería, también ha sido golpeada, pero no reducida al silencio.

Ante las ruinas de esta librería, acaba de ser plantado un cartel con el mensaje siguiente: «al-Fikra ma betmout» (El pensamiento no muere), acompañado del anuncio de una próxima reapertura.

Fuente: abc.com


Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr

Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura

Por su primer título,  El secreto  (1992), Donna Tartt  (Greenwood, Misisipí 1963) recibió un adelanto de 450.000 dólares (el equivalente sería hoy una cifra muy superior), caso insólito en alguien que no había publicado aún nada. Antes de salir el libro, un  extenso perfil aparecido en  Vanity Fair  predijo la fama de la autora, anunciando la irrupción en el panorama de las letras norteamericanas de una figura que supuestamente borraba la distancia entre la alta y la baja literatura. Confirmando las esperanzas puestas en ella por sus editores, “El secreto” vendió cinco millones de ejemplares en una treintena de idiomas. Las críticas fueron abrumadoramente favorables, aunque no hubo unanimidad con respecto al diagnóstico de  Vanity Fair.  La primera novela de Donna Tartt es un thriller  gótico que lleva a cabo con singular habilidad el desvelamiento de un misterioso asesinato perpetrado en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de carácter

Las muchas lenguas de Kundera

La primera novela de  Milan Kundera ,  La broma,  es la historia de cómo una ironía leída por quien no debería –escribir en una postal “El optimismo es el opio del pueblo”– arruina la vida de su protagonista en la Checoslovaquia comunista. La última,  La fiesta de la insignificancia  –que su editorial en España, Tusquets, saca a la calle el 2 de septiembre– relata en uno de sus capítulos como Stalin relata una historia que puede ser, o no, un chiste, aunque descubrirlo no es sencillo: si por casualidad no es un chiste y es un delirio de dictador, puede costar la vida al que se ría a destiempo. En medio, transcurre la vida de uno de los escritores europeos más importantes del siglo XX, cuya existencia podría ser definida como una gran lucha contra un mundo que ha perdido el sentido del humor. Los chistes son un ángulo magnífico para contar la historia del comunismo en Europa Oriental y la URSS: “Qué hay más frío que el agua fría en Rumania? El agua caliente” “¿Cómo se llama una orq