Autor: Bernal Díaz del Castillo
Editorial: Austral
Año de publicación:1632
Año de edición :2013
Número de página:1008
Genero: Historia, Nonfiction, Crónica de Indias,
La temporalidad como elemento ancla para la experiencia, viene a formar parte de la construcción que los seres humanos se hace para dejar por sentando, aquello por escrito o no de que alguien estuvo presente, o al menos, desde una esquina decir, alguien estuvo, algo pasó en la distancia. Pero no necesariamente, aunque los historiadores reconozca el pasado como un referente histórico, dicho referente sea cierto o no, independientemente de las huellas y vestigios materiales que los historiadores utilizan para darle fuerza de lo que nos quieren contar. El historiadores tienen dos caminos, o cuenta su historia como algo personal, donde obvian elementos de lo que pasó en la realidad, o le ponen levadura a su historia para hacerla, disque más creíble. A medida que avanza el tiempo, muchas historias se fortalecen, otras se van borrando con el tiempo, y no queda más que un marco repetitivos de estas, sin ninguna novedad en el aparato investigativo.
El solo hecho de leer el título de este libro, nos hace suponer que las demás historias contadas por otros, no lo eran, o al menos, estaban viciadas por aquellos hombres que en su exaltación buscaban pintar villas y castillos a los reyes, y en el momento preciso sale Bernal Díaz del Castillo para hacer una separación de lo que contaban aquellos y lo que quiere contar, aunque quería ser un cronista como López de Gomara. Pues fue un personaje que vivió de cerca la transformación que América vino a sufrir con a la llegada de los españoles. Como bien dice, la escribe porque no estaba de acuerdo en que la mayoría de obras sobre la conquista de Tenochtitlan era Cortes el que se llevaba toda la gloria dejando injustamente a sus valientes soldados y capitanes de lado.
Acercarse a este obra, es ir por todo lo largo de la conquista, ir avanzando por terrenos, costumbres, lenguas, personalidades, anécdotas, descripciones, peligros, aventuras de primera mano. Narraciones que te hacen ver la inocencia de los indios, la valentía de otros, la otra visión del mundo religioso de los nativos a diferencia de los foráneos. Es un libro que de principio puede pasarte por la cabeza dejarlo para otra ocasión, pues el narrador se adentra en la forma de vida de los nativos, utilizando sus palabras, pero si debe tener en cuenta que cada página es un mundo de aprendizaje de ese mundo que ha quedo sellado en el tiempo, un mundo que se reconstruye a partir de los acontecimientos de la ocupación militar de los territorios Maya, Tlaxcalteca y Azteca bajo el mando de Hernán Cortés
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