Antes, una persona podía penar el duelo de la pérdida de un ser querido durante un largo tiempo y eso se entendía; en la actualidad, más de unas semanas ya se considera un trastorno depresivo, y qué decir del síndrome de déficit de atención, del síndrome del comedor compulsivo... Todo el mundo conoce las preocupaciones, decepciones, fracasos... Estos desafíos están asociados con una vida "normal". Sin embargo, la tendencia actual es considerarlos "trastornos mentales" que requieren tratamiento médico.
¿Somos todos ya enfermos mentales? se pregunta en este libro Allen Frances, quien dirigió durante años el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM), biblia de la psiquiatría mundial, en donde se definen las enfermedades mentales, se enumeran los síntomas y se hacen los tratamientos específicos.
Ahora, alarmado ante la deriva que lleva el nuevo DSM, lanza un grito de advertencia, esta vez para todos, porque a todos nos afecta. La psiquiatría está perdiendo de vista la diferencia entre lo normal y lo patológico. Bajo la presión de las empresas farmacéuticas en particular, no está lejos de considerarnos a todos nosotros locos, buscando sanarnos a toda costa. Hay que reaccionar nos dice, salvemos a la gente normal...
"El autor alerta sobre el alarmante crecimiento de las drogas psicotrópicas y el diagnóstico de enfermedades mentales. Una obra polémica y reveladora sobre la obsesión por una supuesta normalidad y bienestar mental." Frankfurter Allgemeine Zeitung
"El professor Frances ha descubierto una nueva y temible enfermedad, el sobrediagnóstico psiquiátrico." Libération
"El libro es, como el propio Frances confiesa, parte mea culpa, parte ‘Yo acuso', parte grito de alarma. Se adentra en la historia de las enfermedades mentales y da argumentos claros y concisos." New York Times
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¿Qué es normal y qué no lo es?
¿Qué es normal y qué no lo es?
El estanque de la normalidad se está reduciendo
a un pequeño charco.
Til Wykes
Antes de empezar a salvar a las personas normales, tenemos que determinar qué es normal. «Normal» puede parecer una palabra asequible, confiada en su popularidad, segura de su preponderancia sobre lo que es anormal. Definir normal debería ser fácil y ser normal debería ser una ambición modesta. No es así. La normalidad ha sido asediada terriblemente y se ha visto tristemente reducida. Los diccionarios no pueden ofrecernos una definición satisfactoria; los filósofos discuten sobre su significado; los estadísticos y los psicólogos la miden sin cesar, pero no logran captar su esencia; los sociólogos dudan de su universalidad; los psicoanalistas dudan de su existencia; y los médicos del cuerpo y de la mente se afanan en encontrarsus límites. El concepto de normal está perdiendo todo sentido;basta con fijarse lo suficiente para que, al final, todo el mundo esté más o menos enfermo. Mi tarea en este libro será intentar frenar este abuso constante e inexorable y ayudar a salvar la normalidad.
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