Ir al contenido principal

"Miquiño mío", las cartas de la pasión secreta de Emilia Pardo Bazán y Galdós

Madrid, 27 mar (EFE).- Emilia Pardo Bazán, considerada la mejor novelista española del XIX y una avanzada de su tiempo, mujer libre y anticonvencional, mantuvo una larga relación con Pérez Galdós, que pasó de la admiración a la pasión amorosa y la amistad. Ahora un libro recoge todas las cartas que dan fe de esta intensa unión.

"Miquiño mío, Cartas a Galdós", es el título de este volumen con prólogo y edición de Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández, que reúne más de 90 cartas y que fueron escritas por la autora gallega (menos una que pertenece a Galdós) durante los 32 años de amistad que mantuvieron los dos representantes del naturalismo y el realismo español.

Un material que estaba disperso y que supone un testimonio histórico, literario y social, amén de personal, ya que la autora de "Los pazos de Ulloa", una feminista precoz, pasional y una de las mujeres más cultas y preparadas de su tiempo, desnuda su alma y pensamiento sin pelos en la lengua en cada una de sus misivas.
Dos genios que compartieron una pasión amorosa secreta, procesos creativos, avatares editoriales, viajes, criticas a la Academia, y demás cotilleos literarios como dejan ver estas cartas.

"Mi ilustre maestro y amigo, escribe Emilia Pardo Bazán a Benito Pérez Galdós en 1883." Querido amigo y respetado maestro", un año más tarde. "Amigo querido, en 1886, firmando "soy de usted amiga, admiradora y compañera". Y treinta y tantas cartas después, en 1989 le dice a Galdós:" Miquiño mío del alma".

"Hemos hecho un profundo trabajo de investigación porque el material estaba muy disperso ya que muchas cartas se han perdido en mudanzas de Madrid y en el Pazo de Meirás (que fue propiedad de la familia Pardo Bazán) porque cuando entró la familia Franco se destruyó parte del legado de la escritora" explica a Efe Juan Manuel Hernández, uno de los editores de "Miquiño mío", publicado por Turner.

"En 1975 Carmen Bravo Villasante -argumenta Hernández- publicó una treintena de cartas que son las que se encuentran en la Real Academia Española, y otras tres que publicó un periódico mexicano. Ahora hemos intentado reunir todo el material".

Ambos escritores mantuvieron una relación que estuvo oculta durante mucho tiempo. La escritora gallega se casó en 1868 a los 17 años con José Quiroga, con quien tuvo tres hijos y de quien se separó en 1884 porque no comprendía su carrera literaria.

A partir de entonces Galdós y Pardo Bazán emprenden una relación que hoy se llamaría abierta, con idas y venidas e infidelidades.

Emilia Pardo Bazán mantuvo un encuentro con Lázaro Galdeano y Narcís Oller, que dolió al autor de "Los Episodios Nacionales"; y luego, Galdós también se relacionó con Lorenza Cobián, de la que tuvo una hija y con alguna otra actriz, en palabras de Herández.

De esta infidelidad de Pardo Bazán dan cuenta estas cartas hermosas y bellas en las que la escritora se arrepiente y pide perdón.

"Apelas -dice- a mi sinceridad: debí manifestarla antes, pues ahora ya no merece este nombre: sea como quiera, ahora obedeceré a mi instinto procediendo con sinceridad absoluta".
"Mi infidelidad material -continúa- no data de Oporto sino de Barcelona, en los últimos días del mes de mayo, tres después de tu marcha".

Otro de los temas jugosos que se desprenden de estas cartas, además de dejar ver el carácter tímido y solitario del autor de "Fortunata y Jacinta" -que se pasaba la vida escribiendo- a pesar de ser mujeriego y seductor, es el asunto de la Academia de Lengua.

Emilia Pardo Bazán tuvo que enfrentarse a un ambiente machista y retrógrado y fue rechazada tres veces como miembro de la Academia. Y de esos dimes y diteres están plasmados aquí. Y es que también a Galdós le costó entran en ella y pasó por varios rechazos.

Y de uno de esos rechazos Bazán le escribe con ironía: "Mi querido e ilustre amigo: ¡enhorabuena! ¡enhorabuena! ya no es V. académico ni puede serlo en su vida. Resígnese a no pasar de nuestra primer gloria literaria contemporánea... Hoy más que nunca necesita la España moderna de su desairada pluma".
Por Carmen Sigüenza

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta de Manuela Sáenz a James Thorne, su primer marido

No, no y no, por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que cambie de resolución. ¡Mil veces, no! Señor mío, eres excelente, eres inimitable. Pero, mi amigo, no eres grano de anís que te haya dejado por el general Bolívar; dejar a un marido sin tus méritos no seria nada. ¿Crees por un momento que, después de ser amada por este general durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo o de los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del honor, como tú las llamas, pero ¿crees que me siento menos honrada porque sea mi amante y no mi marido? No vivo para los prejuicios de la sociedad, que sólo fueron inventados para que nos atormentemos el uno al otro. Déjame en paz, mi querido inglés. Déjame en paz. Hagamos en cambio otra cosa. Nos casaremos cuando estemos en el cielo, pero en esta tierra ¡no! ¿Crees que la solución es mala? En nuestro hogar celestial, nuestr

La extraña muerte de Fray Pedro

En 1913, el nicarag ü ense Ruben Dario presenta este cuento, el cual relata la historia de un fraile que muere en nombre de la ciencia. Un ser pertubado por el maligno espiritu que infunde la ciencia, el cual fragmentaba sus horas coventuales entre ciencia y oracion, las disciplinas y el laboratorio que le era permitido. Con este texto, Ruben Dario, deja en claro que la fe es un acto de fidelidad, que se sobreentiende en el corazón sin pasar por la cabeza. “No pudo desde ese instante estar tranquilo, pues algo que era una ansia de su querer de creyente, aunque no viese lo sacrilegio que en ello se contenia, punzaba sus anhelos” Toda la historia tiene lugar en el cementerio de un convento, cuya visita va dirigida por un religioso. la guia advierte a sus seguidores sobre la lapida de Fray Pedro, personaje central del cuento. Un personaje “flaco, anguloso, palido” e incluso de espiritu perturbado cuya desgracia se veia venir con su sed de conocimiento. El fraile persuade a

Donna Tartt, el vuelo entre la alta y la baja literatura

Por su primer título,  El secreto  (1992), Donna Tartt  (Greenwood, Misisipí 1963) recibió un adelanto de 450.000 dólares (el equivalente sería hoy una cifra muy superior), caso insólito en alguien que no había publicado aún nada. Antes de salir el libro, un  extenso perfil aparecido en  Vanity Fair  predijo la fama de la autora, anunciando la irrupción en el panorama de las letras norteamericanas de una figura que supuestamente borraba la distancia entre la alta y la baja literatura. Confirmando las esperanzas puestas en ella por sus editores, “El secreto” vendió cinco millones de ejemplares en una treintena de idiomas. Las críticas fueron abrumadoramente favorables, aunque no hubo unanimidad con respecto al diagnóstico de  Vanity Fair.  La primera novela de Donna Tartt es un thriller  gótico que lleva a cabo con singular habilidad el desvelamiento de un misterioso asesinato perpetrado en el departamento de lenguas clásicas de Hampden College, institución universitaria de carácter