-Así que es eso -dijo de repente en voz alta-. ¡Qué alegría!
-¡Se terminó!- dijo alguien encima de él.
Iván Illich oyó estas palabras y las repitió en el fondo de su alma.
-La muerte ha terminado-, se dijo. -No existe más.-
Aspiró el aire, se detuvo en medio del suspiro, se desperezó y murió. "
La critica en ciertos aspectos ni limita ni prohíbe el conjunto de articulaciones, ilusiones e imaginación que podamos darle a un hecho especifico. El tener de frente un libro como La muerte de Iván Ilich, es asistir de por si a un juego de partida doble, donde el autor en su agudeza escritural nos propone su escenario espacio-tiempo y nosotros hacemos del espacio-tiempo una problematización atemporal. En tal virtud, potencializamos la verdadera presencia las grandezas y bajezas que metodizan al hombre.
La muerte de Ivan Ilich publicada en 1886 por Lev N. Tolstoi, la cual se ubica hacia final de su producción, es un reflejo de las luchas intelectuales y espirituales en la cual se vio sucumbido el autor, la cual superaría radicalmente en un cambio espiritual. Lo indudable para este autor es que la verdadera realidad con la cual se enfrento fue con la imagen arquetípica del lado mas oscuro del ser humano, donde los limites del mundo dieron por sentado la similitud de todo hombre en su accionar, y en este sencillo relato reflejo esa falta de comunicación, la cual dejo al escrito la muerte misma, problematizo con la sociedad la cual se encontraba con ese vacío de que delimita la muerte y la vida.
El protagonista de este relato es el típico normal, que en ciertos puntos no llama nuestra atención, un laborioso y mediocre funcionario, el cual fue tallado por Tolstoi atendiendo a un modelo real, quien siendo procurador del tribunal de tierra de Tula, la muerte le sorprende, pero una muerte de cáncer. Desde luego, el circulo normalista de este hombre para nada despunta el ritmo prosaico de su vida, nada la altera, en cierto modo, es un hombre gris. Fue un hombre creado bajo la convicción de alcanzar dentro de la burocracia un puesto de importancia, así lográndolo, pero, nada ha servido de tanto esfuerzo. Pues, solo la enfermedad revelaría el vacío de toda una vida de ilusiones y sueños.
De todo modo, el genio creador de este escritor encauzaría las tonalidades del comportamiento substancial en la vida de este funcionario, ese silencio que revela la nada del sonido, donde se matiza el enfrentamiento entre las apariencias y ser. De previsto, simboliza aquellos pensamientos íntimos que en el desarrollo de todo una vida no nos damos cuenta que están ahí, solo falta un alud de circunstancias para darnos a entender que detrás subyace toda una motricidad de hechos que reflejan nuestro comportamiento, que ese discurrir diario frente a lo visible del mundo singulariza la libertad de tanto sacrificio para encontrar el dilema descifrado entre el significado del sacrificio y el valor intrínseco que reina en dicho sacrificio.
La muerte de Iván Ilich es el golpe que representa el hombre en su estado natural caótico, en el cual ese supuesto ensueño de valorizar nuestras ilusiones, nos forman un escalera donde su final esta colmado de un repertorio de sombras y declives. Muriendo poco a poco percibe la realidad de su entorno familiar, construidos bajo el manto telar de las apariencias que no pudo ser reparada en su momento.
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