Autor: Mircea Cărtărescu
Traducción: Marian Ochoa de Eribe
Editorial: Impedimenta
Año de publicación: 1993
Año de edición : 2010
Número de página: 62
Genero: Relato
“La literatura no es el medio adecuado para decir algo real sobre uno mismo. ”
A través de la lectura de cualquier texto, y mas este en cuestión, podemos construir textos y discursos independientes, tal y como nos ha enseñado la critica literaria con las obras que nos pueblan, las cuales nos podemos apoyar en las lecturas hechas o las citas textuales, los cuales no pueden dar una interpretación de libro y lo que el autor nos quiere decir.
Este breve relato, el cual cuando nos disponemos a leerlo, quien nos cuenta la historia de El Ruletista, nos coloca o nos hace participe los momentos excitables de este personaje. Un personaje, que iba mas allá de las pocos posibilidades de vida que podía tener un ruletista. Hay momentos de exaltación, donde esperara o no el boom de la pistola, pero todo se desvanece y saliendo airoso del momento, y donde mas que una bala en el caño, este va subiendo las balas en las recamaras.
“Mi lector de ahora no es otro que la muerte. Veo ya sus ojos negros, húmedos, atentos como los ojos de una adolescente, leer mientras completo una línea tras otra.”
El Ruletista es un relato construido en el misterio de un revolver del cual, tanto el personaje
central, como quien escribe de el, esperan salir habido, claro sin dejar de mira si los cuajos de sangre o desplome del ruletista llega a su final. “Así pues, querido nadie, el Ruletista existió”
El Ruletista era uno de estos personaje de la sociedad el cual la vida le había dado la espalda, y la única fortuna o salida que tiene para conseguir recurso es a través de las arriesgadas secciones de la ruleta rusa. Este servía de intermediario, o era la materia prima del juego entre el Patrón y los inversionistas o apostadores, que cabe destacar, entre los participes habían mujeres que gustaban ver ese ultimo momento.
Quien nos cuenta toda esta historia es anciano escritor que combate la muerte, o como el mismo planteaba “La muerte individual de cada uno, el gemelo negro que nació junto con él.” A golpe de escritura.
Finaliza con la reflexión del mismo escritor conocido del personajes que redondea el texto, explica los porqués, la razón del éxito del Ruletista o de su fracaso. ¿Es un triunfador o un perdedor? No se sabe. Cada lector obtendrá una respuesta que quedará siempre sumida en la ambigüedad.
“El Ruletista no es un sueño, no es la alucinación de un cerebro escleroso ni tampoco una coartada. Ahora, cuando pienso en él, estoy convencido de que también yo conocí a aquel mendigo del final del puente, sobre el que hablaba Rilke, en torno al cual giran todos los mundos.”
En sus manos
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