“Llamo
experiencia a un viaje hasta el limite de lo posible para el hombre. Cada cual
puede no hacer este viaje, pero si lo hace, esto supone que niega las
autoridades y los valores existentes que limitan lo posible. Por el hecho de
ser negación de otros valores, de otras autoridades y otros valores, la
experiencia tiene existencia positiva que llega a ser ella misma el valor y la
autoridad”
Este
texto recoge serie de ensayos, los cuales se tejen bajo un mismo maquinista de
la palabra, donde los postulados filosóficos y estéticos pone de manifiesto el
carácter creador de Georges Bataille, ese mismo que Michel Foucault declaro:
“Hoy ya lo sabemos: Bataille es uno de los escritores mas importante del siglo”
La
literatura y el mal de Georges Bataille es un desenfreno comunicativo, donde la
experiencia es el común denominador al desciframiento del lenguaje y de la literatura, de la impotencia de una,
de la imposibilidad de otra y de lo irrenunciable de ambas. En el deshilar nos daremos cuenta que gracias
a la perversión de la literatura, conforme a sus propias leyes, opera el
lenguaje, dando a demostrar que solo nos hace humano, que siempre el hombre
procura arriesgados paso en la búsqueda de lo absoluto.
“En
este pequeño libro se hallan los dos polos más accesibles: el real y la
literatura; al mismo tiempo, se trata de un examen de otros escritores, lo que
rinde más fácil la penetración. Pero también se corre un riesgo que es preciso
evitar a toda costa. La de rendir excesivo homenaje a los examinados, en detrimento
del examinador.”
El
texto va desde la literatura Emily Bronté, Baudelaire, Michelet, William Blake,
Sade, Proust, Kafka y Genet.
A
propósito de dicho libro les dejo una entrevista realizada a Georges Bataille
con relación a dicho texto.
El 21 de mayo de 1958, Georges Bataille a
propòsito de su libro La Literatura y el mal tuvo una entrevista con Pierre
Dumayet en el marco del programa de televisión "Lectura para todos".
Es la única entrevista que dio Bataille. La reproducimos íntegramente.
P.DUMAYET: Georges Bataille, querría que examináramos en primer lugar el
título de este libro antes de entrara en el libro mismo, para permitirme
plantearle ya un cierto número de preguntas. ¿Cuál es el mal del que habla?
G. BATAILLE: Creo que hay dos clases de
mal que se oponen: uno que se debe a la necesidad de que las cosas humanas se
desarrollen y lleguen al resultado querido, el otro consiste en transgredir
positivamente algunas prohibiciones fundamentales, como por ejemplo la
prohibición de matar o la prohibición de ciertas posibilidades sexuales.
Sí, está el hacer mal y el actuar mal.
Sí, se trata de eso.
¿Ese título quiere decir que el mal y la literatura son
fundamentalmente inseparables?
A mi entender, sí. Es evidente que eso no
aparece a primera vista con claridad, pero me parece que si la literatura se
aleja del mal, se vuelve aburrida. Eso puede asombrar, sin embargo creo que uno
debe darse cuenta bastante rápidamente de que en la literatura la angustia está
implicada, y que la angustia siempre está fundada sobre algo que va mal, sobre
algo que va a terminar muy mal, y que es poniendo al lector en la perspectiva,
o al menos ante la posibilidad, de una historia que terminará mal; y muy a
menudo, para simplificar la situación de la novela, es poniendo al lector ante
esta perspectiva desagradable, ante esa tensión, que la literatura deja de
aburrir.
Por consiguiente un escritor, un buen escritor, ¿es siempre
culpable de escribir?
La mayor parte de los escritores no tiene
conciencia de ello, pero creo en esa culpabilidad profunda. Escribir es así
mismo lo contrario de trabajar; eso me parece muy lógico, todos los libros que
valen la pena son esfuerzos que se le sustraen al trabajo.
¿Puede citarnos uno o dos escritores que hayan sentido la culpa
de escribir?
Bien, me parece que hay dos, a los que
cité en mi libro, que se distinguen muy particularmente en este sentido. Son
Baudelaire y Kafka. Uno y otro tuvieron conciencia de que se ponían del lado
del mal y que por consiguiente eran culpables. En Baudelaire se hace sensible
en el hecho de que escribió un libro con el título de Las Flores del Mal el
pensamiento que más le importaba; y, en cuanto a Kafka, está expresado con más
claridad. Consideró que al escribir, desobedecía a los suyos y que, por lo
tanto, se ponía en una situación culpabilidad. Es verdad que su familia le
hacía sentir que no estaba bien consagrar la vida a escribir, que el bien
estaba en seguir el ejemplo que siempre se había seguido en la familia, tener
una actividad comercial, y que si uno se sustraía a ese deber, actuaba
mal.
Sí, pero allí, ser escritor era ser culpable para Kafka o para
Baudelaire porque ser escritor no era muy serio, ese es el sentido de las
palabras de los padres de Kafka o de Baudelaire.
Sí se quiere.
Pero ellos sienten esa culpabilidad como una chiquilinada; se
sienten culpables de chiquilinadas porque escriben. ¿Piensa verdaderamente que
Baudelaire y Kafka llegaron a sentirse culpables de infantilismo cuando
escribían?
Creo que muy expresamente e incluso a
veces de un modo explícito, se sintieron en la situación del niño ante sus
padres, niño que desobedece y se pone en una situación de mala conciencia
porque tiene presente a los padres a quienes ama y que le dijeron
constantemente que no debía hacer eso, que estaba mal, y esto en el sentido más
fuerte de la palabra.
Pero si la literatura es una chiquilinada o si uno es culpable
de escribir porque la literatura es una chiquilinada ¿se puede pensar que la
literatura es una cosa pueril?
Me parece que hay algo esencialmente
pueril en la literatura. eso puede parecer un poco inconciliable con la
admiración que, por otra parte, se puede tener y se tiene por la literatura, y
que creo compartir.
Escribió un libro sobre erotismo ¿según usted, el erotismo en
literatura es una chiquilinada?
No sé si la literatura se distingue del
erotismo en general, al respecto me parece que es muy importante darse cuenta
del carácter infantil del erotismo en su conjunto. Es erótico alguien que se
deja fascinar como un niño por el juego, y por un juego prohibido. Y el hombre
al que el erotismo fascina está totalmente en la situación del niño con
relación a los padres. Tiene miedo de lo que podría sucederle y siempre va bien
lejos para tener miedo, no se contenta con lo que los adultos se contentan, le
hace falta tener miedo, necesita encontrarse en la situación en la que estaba
cuando era niño, o cuando sentía la amenaza de los retos, incluso de manera muy
severa, de manera insoportable, intolerable.
Puede entenderse también que usted condena esta puerilidad. En
realidad, pienso que sería bueno volver al título de su libro una vez más La Literatura y el Mal. Querría que indicara la dirección general del libro.
Es cierto que se trata de una
advertencia; es decir, que debemos advertir sobre este peligro, pero es posible
que una vez que se ha advertido acerca de un peligro, se le dan a quien se
advirtió razones para enfrentarlo: y creo que es esencial para nosotros
enfrentar el peligro que la literatura representa. Creo que es un peligro muy
grande y muy serio, pero sólo se es hombre cuando se enfrenta el peligro; creo
que en la literatura nos damos cuenta de las perspectivas humanas restituidas
bajo su luz más transparente, porque la literatura no nos deja vivir sin hacernos
notar las cosas humanas en la perspectiva más violenta.
Que se piense en la tragedia, en
Shakespeare, hay una cantidad de aspectos del mismo tipo, es también la
literatura la que nos permite ver lo peor y hacerle frente, saber superarlo, en
resumen, ese hombre que juega, encuentra en el juego la fuerza para superar el
horror que el juego trae consigo.
Esta entrevista también puede encontarse
en youtube, hablada en francés con subtitulos en inglés.
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