El verano no se quiere ir de Lima. Ayer en la primera jornada de la I Bienal de Novela Mario Vargas Llosa fue uno de los temas más comentados junto al de la literatura en español, claro. Y, sobre todo, al de ¿quién ganará el Bienal: Bonilla, Chirbes o Vásquez? El jueves por la noche se sabrá. Por lo pronto, la primera mesa redonda fue sobre la lectura bajo el título de El reto de la lectura en el mundo actual. Una de las conclusiones, no por dicha ya en otros eventos o pensada y debatida por muchos de ustedes, por ejemplo, deja de impactar y preocupar cuando se analiza en público: Se lee más, sí, pero de otra manera y otro tipo de textos, la verdad es que se ha perdido capacidad de concentración para leer textos largos y más profundos.
La segunda conclusión es que ahora más que nunca se requiere de la labor de alguien que ordene, una manera de decir, o señale lo destacable, que oriente; personas como el editor y el crítico literario. El primero otea el panorama y decide qué publicar y ayuda a corregir y/o mejorar el libro con el autor; mientras el crítico, el buen crítico literario debe dar elementos de juicio al lector sobre la obra en cuestión, analizar el valor, señale aciertos o desaciertos, ayudar al lector a comprender mejor dicho libro y situarlo en el contexto general. Algo que no es incompatible con la libertad de la gente a publicar de manera tradicional o en la Red; aunque se requiere de un "barquero" que guíe y oriente en el paso de una orilla a otra, como recordó Pialr Reyes, de Alfaguara, citando a Jorge Herralde.
"El reto es la lectura, conseguir que la gente siga entusiasmada con los libros", dijo Carlos Granés de la Cátedra Mario Vargas Llosa.
"Se lee más, pero la mayoría de textos son banalidades, y las redes sociales lo que hacen es desplegar simplificaciones y chismes. Es la era de la sobreinformacón con una merma en la capacidad lectora sostenida", aseguró Fernando Ampuero
"Leemos igual de lentos que en la época de Aristóteles, 400 palabras por minuto, así es que por más libros electrónicos que salgan nosotros no somos autómatas y tenemos nuestro propio ritmo. El hábito de la lectura se ha esfumado. En 20 años la lectura de libros será un culto. El problema es nuestra flamante ineptitud para concentrarnos", afirma Sergio Vilela, director editorial de Planetra para el Área Andina.
Por la tarde,en la inauguración, Mario Vargas Llosa dijo: “la literatura no es estéril. Puede parecer una actividad puramente placentera, una especie de anestesia del espíritu que se aparta del mundo de lo real, pero esa operación tiene consecuencias enormes y valiosas en la vida real, sobre todo para las sociedades que no quieren quedarse estancadas y caer en el conformismo, y mantenerse vivas, críticas, renovadoras, creativas”.
Despuñes llegó el diálogo con dos de loso finalistas al premio: Juan Gabriel Vásquez y Juan Bonilla (Rafael Chirbes no pudo viajar desde España), moderados por Alonso Cueto:
A Vásquez, autor de Las reputaciones, le preocupa “la exploración del pasado que no es tan fijo, es móvil. Crecemos y nos educan con la idea de que el pasado está escrito en piedra, y luego nos damos cuenta de puede modificarse. Encontramos una foto, una carta y todo sobre lo que hemos construido lo que somos empieza a cambiar, sufre un remezón”.
Bonilla, autor de Prohinido entrar sin pantalones, sobre la vida del poeta ruso Vladímir Maiakovski, aseguró: “Los del futurismo ruso creían que la poesía está en todas partes. Él empezó como uno de esos autores extraños del siglo XX: de la nada adquirió verdadero poder porque fue un colaborador muy cercano de Lenin y Trotsky, pero luego de la muerte de Trotsky, Maiakovsky vuelve a la nada. Era un gran poeta cuando jugaba a la contra del poder: la poesía puede decir algo cuando está contra la autoridad competente, sino se vuelve propaganda”, agregó el narrador andaluz.
El Pais
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