Título original: A publisher′s confession
Autor: Walter Hines Page
Editorial: JPM Ediciones, 2012
Año de publicación: 1905
Numero de pagina: 120
Genero: Relato
“El editor es un hombre de negocios —ha tenido que aprender a serlo y de los mejores—, pero también es el guardián de la propiedad del escritor. ”
Haciendo una extrapolación, y tomando en cuenta que este texto es de 1905, en nada ha cambiado la publicación de libros, bien lo dice Walter Hines Page “los autores cuyos libros serán recordados durante más tiempo no han seguido la moda de exigirlo todo. Fue esa pasajera y escandalosa escuela de «éxitos de ventas» literarios la que provocó el incremento de esos novelistas que escriben para criadas y tenderas cuya única medida para valorar los libros es su precio. Esas modas siempre pasan.” Pone como prueba que su éxito depende del esfuerzo de publicidad de las editoras, al punto, según expresa Page, que esos autores de éxitos de ventas, que después de haber vendido una considerable cantidad de libros, al cabo de los años han vivido para ver como su último libro se vende muy por debajo de los anteriores.
“El editor debería gestionar sus negocios teniendo siempre en mente un éxito a largo plazo.”
Walter Hines Page fue editor de libros, pero conjutamente como hombre de negocio, fue periodista y diplomático de Estados Unidos en Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial poniendo todo el ejercicio de la diplómacia para mantener estrecha las buenas relaciones entre estos dos paises, mientras que Estados Unidos permaneció neutral. Pasó por varios trabajos, desde ser editor de The Atlantic Monthly, hasta más luego, conjutamente con Frank N. Doubleday fundaron la editorial Doubleday, Page and Company, la que más luego, se llamó DoubleDay and Company. Trabajó para la revista World's Work. Fue hombre humoristico y sociable, que tenía muchos amigos, incluido Woodrow Wilson, a quien apoyaba para la presidencia.
Siendo un hombre del negocio escribió este relato de forma anónima, donde sacaba a la luz los pros y contras del mundo de la edicción de libros. Este título Confesiones de un editorfue criticado por la revista de New York Time, porque el método que utilizaba de forma engañosa. Con un lenguaje asequible y sobre todo, con lo más importante del texto, poniendo ejemplos reales traza todo el entramado de este mundo de la edición de texto. Las quejas de los escritores ante los editores, aquellos escritores sin ningún arraigo en la literatura exigen que le edite, donde él mismo evalúa sus manuscritos y le dice sin pelo en la lengua de lo que carece sus libros. Y qué decir, de lo que dice de los demás colegas del área, donde se prestaban a realizar malos negocios. Peor aún la publicación de aquellos libros carente de toda estructura, y más aún aquellos libros que fueron un boom por la publicidad, pero que en el camino se desinflan, nada extraño es a lo que se vive hoy. La competencia desleal , las relaciones entre editores y actores, el mundo de los intermediarios que a medida fue creciendo el mundo de la edición, cada vez exigían más del pastel. Entre otros temas, especialmente de las criticas que hacen los lectores, los cuales en la actualidad juzgan texto, pero a posteriori se convierten en clásico.
“Si descubres lo que quiere el gran público de hoy eres un sensacionalista. Si averiguas lo que querrá el gran público de dentro de diez o veinte años, entonces eres el creador o el editor de literatura.”
Una de las historias que nos relata Page, y que le podría servir a muchos jóvenes que quieren escribir, es la que nos dice, cuando un hombre se presentó ante él implorando que editara su novela, ya que esta había sido rechazada por varios editores, al tomarla en sus manos, Page vio en ella una novela carente de estructura, y que por eso nadie la publicaría con franqueza le dijo la verdad. Al cabo del tiempo, el hombre una vez más se cita con Page, este le muestra otro manuscrito interesante a lo cual este escritor le dijo, que mi anterior escrito carecía de estructura comencé a estudiar la estructura, elaborando mi propio método con la ayuda de decenas de libros. Que nos dice Page, dicho escritor no posee el sentido de los valores literarios. La única cualidad que posee es su perfecta franqueza y nitidez escribe de manera rotunda, con frases sencillas, pero todas ellas cuentan algo.
Este escritor se le dio la oportunidad de editarle su obra, antes el pasó de un colador de algunos de los colaboradores del negocio, afirmando que se vendera, uno de los asesores expresó que es una novela simple y moralista para una catequesis, teniendo en cuenta que no tiene ningún valor literario. El libro se vendió bien, muchos lectores se vieron interesados.
Confesiones de un editor, es un libro experiencial, donde informa al público, a los consumidores de libros, como se maneja este mundo de la edicción, y que muchas veces, nosotros como lectores permanecemos de manera pasiva a la hora de llegar una acuerdo entre autores y editores, pero mas aún, como interviene el canal de distribución de esa obra que más luego nos sentamos a leerla.
“La verdad es que el delicado y difícil arte de averiguar qué le gusta al público —el de este año o el de dentro de diez— no lo domina mucha gente, ni escritores ni editores.”
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