Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, como en una ocasión relató más tarde Karl Barth, le vino el aborrecimiento saber la orden de la sacralizacion del militarismo del Imperio alemán, la cual casi todos los maestros de teologías había puesto su grano de arena en su construcción y a los cuales le merecía cierto respecto, se vio sumergido en un vacío existencial, los cuales al verse en la mas fina línea entre dos modelos a seguir, y es aquí donde se produce ese quiebre en el cual ya no podía seguir la ética y dogmática que sus contemporáneos vociferaban.
El siglo XIX con el marcado desarrollo del liberalismo, que deificaba al hombre y humanizaba a Dios, fue lo que destapó la preocupación de este joven pastor en el pueblo suizo de Safenwil, lo cual bien expresó sus temores, muchos de sus colegas personificaron la guerra como un salvador, como un levantamiento religioso, pues las afirmaciones de muchos protestantes e intelectuales veía a la guerra como un acto de Dios, en su nombre, con Dios por el Rey y el País, por el Kaiser y el Reich, por honor y la libertad, todas estas cadenas ideológicas para congraciarse con el imperio terminó al traste en una decadencia espiritual.
A través de sus lecturas de Romanos, es que Karl Barth cobra notoriedad como uno de los teólogos más influyente del siglo XX, donde incluso se llegó a comparar con Wittgenstein y Heidegger en el plano del estudio de la filosofía, Weber en sociología y Keynes en economía. Claro, las obras revolucionarias de estos irían más allá que las de Barth, por el marcado plano limitante de la relevancia del dominio que envuelve sus predicamentos, los cuales giraban a asuntos estrictamentes disciplinario. Es decir, el impulso ético, social y político de Barth se limitaba en gran medida al campo especializado de la teología.
Cuando apenas comenzaba yo a dar mis primeros pasos por la teología, recuerdo que para una feria del libro de mi país, cayó en mis manos un libro acerca de la Trinidad por Karl Barth, lo vi interesante, lo compre, pues al comenzar a leerlo, note la dificultad de su lectura, todo lo que decía se me hacia pesado, denso, si entendiera poca cosa, no se si la traducción o que, la cuestión fue que lo tuve que dejar a un lado y seguir mi camino leyendo otros libros.
Creo que si me hubiese caído en mis manos este libro de Geoffrey W. Bromiley, Introduction to the Theology of Karl Barth mi aproximación con Barth hubiese sido más fructífero, pero para ese entonces no existia este libro
Es un libro de afirmaciones sobre las funciones evangélicas y la vida del teólogo. Nos proporciona un conocimiento del teólogo encontrada en la expresión dogmática de la iglesia. Geoffrey W. Bromiley lo que nos proporciona una estructura en el abordaje de la teología de Barth resumiendo de manera metódica y concisa, y sugiriendo líneas de evaluación. Lo que el escritor propone es un encuentro con Barth de forma resumida, donde va tomando extracto de la teología de Barth y va desarrollandolo.
Es un libro, que si en realidad es una introducción, es una introducción para aquellos que quiere aproximarse a Karl Barth y ver a vuelo de pájaro cual es la propuesta de Barth, pero este libro no va más allá de ponerte en la mesa el aperitivo, ya el plato fuerte tendría que buscarlo en otros autores que analizan e interpretan el quehacer de la teología de Barth. En virtud a esto, no es que sea un texto deficiente, sino que se aspira a más profundidad.
En sus manos
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